Carlos Muñóz / Brújula
Parte 2: Partidos Políticos
La #LEPP se está moviendo. En la Comisión de Asuntos Electorales del Congreso de la República se discute la posibilidad de cambiar la forma de votar, creando subdistritos y abriendo las listas de votación. La primera parte de este artículo explica cómo puede esto afectar o no las elecciones de 2019.
Sin embargo, hay algo que está quedando fuera en las últimas discusiones. Y es que una Ley Electoral y de Partidos Políticos (LEPP), como su nombre lo indica, no solo regula el funcionamiento del sistema electoral sino también el de los partidos políticos.
Sobre ellos trata esta segunda parte.
La LEPP contempla a los partidos políticos como el único vehículo por medio del cual se puede participar en elecciones presidenciales y optar a un escaño en el Congreso. Según el Informe de Financiamiento de Partidos Políticos de la CICIG, es a través de los partidos políticos que en Guatemala operan redes clientelares, de financiamiento ilegal, para repartir candidaturas y puestos políticos. Los 107 diputados que buscaron aprobar reformas al código penal, por las cuales surgió de nuevo la petición de una reforma a la LEPP, son el resultado de este tipo de conductas partidarias.
El sistema de partidos políticos es igual de importante como el sistema electoral. Actualmente existen 25 partidos políticos y algunas otras organizaciones en proceso de convertirse en partido. La LEPP no regula la cantidad de partidos políticos que pueden existir pero sí los requisitos para que una organización se pueda convertir en partido. A estos requisitos se le conoce como barreras de entrada y sobre estas se enfocan una de las principales demandas ciudadanas.
Barreras de entrada: el tira y encoge de la discusión
De acuerdo a Daniel Haering, director académico de la Escuela de Gobierno, existen dos vertientes académicas en relación a las barreras de entrada: una que promueve flexibilizar el sistema de partidos políticos, buscando tener la mayor competencia posible, y otra que considera que se debe apostar por partidos fuertes con una democracia interna efectiva. En otras palabras: reducir o no las barreras de entrada para la conformación de un partido político.
Haering es parte de un grupo de profesionales, principalmente politólogos, que formularon una de las propuestas actuales de reformas a la LEPP que fue presentada a la Comisión de Asuntos Electorales. La principal apuesta de esta es la reducción drástica de las barreras de entrada, contemplando que se puedan crear partidos políticos con tan solo 500 afiliados (a diferencia de los requisitos actuales que rondan los 23,000) y que estos tengan la posibilidad de participar como partidos regionales o departamentales.
Reducir las barreras de entrada sería un cambio fundamental, según Hearing, para evitar que los que deseen crear un partido político deban elegir entre tener que hacer uso de las redes clientelares ya existentes, las cuales permiten cumplir con los requisitos pero recurriendo a favores políticos y/o financiamiento irregular, o en el caso legítimo, realizar un trabajo de hormiga exhaustivo para cumplir con lo que la ley dicta.
Sin embargo, Felipe Alejos, primer vicepresidente del Congreso e integrante de la Comisión de Asuntos Electorales, no considera que bajar barreras de entrada sea la solución. Para él, el país ya posee las barreras de entrada más bajas de la región, por lo cual el objetivo realmente debiera ser otro: el fortalecimiento de los partidos políticos.
Aunque no está de acuerdo con ello, propone una reducción mucho más moderada (reducir el número de afiliados necesarios a 20,000), contemplando que luego del proceso electoral de 2019, se aumenten las barreras para consolidar un sistema de partidos políticos robusto. Alejos reconoce que la motivación de su propuesta se debe únicamente para atender el clamor popular de permitir la entrada de nuevos actores políticos.
Gregorio Saavedra de la Dirección de Incidencia Pública de la Universidad Rafael Landívar coincide con Alejos en que las barreras de entrada no son la solución. Considera que la reducción de barreras no garantiza la depuración del sistema político debido a las dificultades que existen en el país para organizarse. Una encuesta hecha por el National Democratic Institute y publicada en 2016, el 68% de la población guatemalteca reconoce que no participaría en un partido político bajo ninguna circunstancia. Estos son obstáculos que corresponden a la cultura política de la sociedad guatemalteca, y que por ende, no desaparecerán con un cambio a la ley.
Lo que no se discute: lo que sucede adentro de los partidos políticos
Las barreras de entrada regulan únicamente quiénes participan pero no la forma en que lo hacen. El comportamiento de los partidos políticos va ligado al cumplimiento de la Ley Electoral y de Partidos Políticos pero sobre todo, al papel y comportamiento de los ciudadanos que los conforman. La democracia interna y la organización partidaria son dos elementos importantes sobre esto, aunque actualmente no son temas prioritarios en las discusiones sobre las reformas a la ley.
Para Javier Brolo, investigador en temas electorales, la LEPP regula en parte la relación de los partidos políticos y los ciudadanos, siendo actualmente una relación exluyente. La participación de las personas a lo interno del partido es muy limitada, afectando la democracia interna, la cual es una de las principales garantías para el buen funcionamiento de un sistema político. Solamente cuando los afiliados a un partido político tienen poder de decisión a lo interno, se puede decir que existe democracia interna. Esto en el sistema actual, sucede muy pocas veces. A criterio de Gregorio Saavedra, un fortalecimiento de la democracia interna generaría mayor poder dentro de la base del afiliado y no en los cargos directivos, permitiendo cambios durables en el sistema de partidos políticos a mediano y largo plazo.
Hablar y discutir sobre democracia interna de los partidos políticos es importante para ciertos académicos y no tanto así para políticos y funcionarios públicos, tomando en cuenta que, una práctica común a lo interno de los partidos es que las decisiones giren en torno a personas y no a proyectos políticos. Organizaciones de sociedad civil que apoyan las reformas electorales tampoco han considerado aspectos de democracia interna dentro de sus peticiones.
De acuerdo a Javier Brolo, las asambleas de los partidos, donde participa la mayoría de afiliados, es el espacio en el cual se debieran tomar las posturas políticas del partido y realizar el verdadero ejercicio político.
Solo cuando existe democracia interna en la toma de decisiones a nivel nacional pero también a nivel departamental y municipal, se puede afirmar que existe una organización partidaria eficiente.
El alcance de la Ley Electoral y de Partidos Políticos para la trasnformación de nuestro sistema político actual es limitado. Esta transformación no pasa solamente por cambios legales sino también por un cambio en el comportamiento de los políticos y ciudadanos. Esto último es lo que ha quedado relegado en las discusiones actuales.
El sistema electoral y de partidos políticos necesita de una fiscalización y participación continua. En palabras de Javier Brolo, no se puede arreglar ahorita y luego irse a dormir. Sabiendo todo esto te corresponde a vos como ciudadano decidir si son necesarias nuevas reformas o no, y si lo son, cuáles son las reformas más importantes, por ello #HablemosDeLaLEPP.