Andrea Villagrán /Presidenta de la Asociación de Estudiantes de Políticas –AEP2013- URL
“La violencia en Guatemala no es una simple cadena de hechos puramente violentos.
Es un síndrome político, social, cultural, antropológico, psicológico y discursivo.
Es fundamentalmente histórico. Sus víctimas somos todos,
porque se teje como el gran mecanismo de control.”
– Carlos Orantes Tricolli, 2011[1]
¿Se puede vivir tranquilo frente a tanta violencia? Pareciera que no; sin embargo, la normalidad con que tales hechos son aceptados muestra lo contrario. Forman parte del día a día de los guatemaltecos.
¿Qué esperar de un país donde se viven más de 16 muertes diarias? En los primeros cinco meses de 2013 murieron 335 mujeres, 56 más que el año pasado, según los datos del INACIF. Datos que muestran que la violencia contra la mujer se encuentra en constanteme crecimiento. ¿Y qué decir de la violencia intrafamiliar? El 46% de los 1,871 homicidios de los primeros cuatro meses de este año se pueden tipificar como resultado de conflictos donde la víctima conoce al victimario, principalmente ligado a problemas familiares.
Violencia intrafamiliar y contra la mujer, problemáticas que evidencian la legitimación y fomentación de la violencia desde el núcleo familiar y de confianza. ¿Se estará afirmando esta como una estructura de la cultura guatemalteca?
Viene a la mente la famosita frase de radio “Hágale huevos”. La violencia es y ha sido algo que ha acompañado a los guatemaltecos a lo largo de la historia; las cifras escandalosas de homicidios y la constante repetición de hechos violentos ha logrado una “violentización de la realidad social del país”. De igual forma ha promovido la “producción de un discurso colectivo cargado de prejuicios y estereotipos discriminatorios y aterradores, principalmente en contra de una parte de la juventud.”[2] Sin embargo, no por ello se debe aceptar más de lo mismo, surgiendo así el sentimiento de indignación a dejar a un lado el conformismo y buscar un cambio en ese anclaje de la violencia histórica en Guatemala. El 69% de habitantes son menores de 30 años, según el último informe Nacional sobre Población y Desarrollo. ¿Juventud, se puede cambiar la realidad? ¡Sí!.
“Las víctimas somos todos”: Hoy él, mañana ella, luego tú y después yo.
[1] ODHAG, 2012. Violencia en Guatemala. Una interpretación sobre el aumento de la violencia delincuencial y el trauma psicológico.
[2] Morales Byron, 2011. Las violencias en la investigación y la acción social, en Textos Universitarios una reflexión crítica. No.3 INTRAPAZ .pp3.