Mario Valdizón

En respuesta a Un Cambio Generacional

¿Es lógico pensar en los jóvenes como la materia esencial de un cambio dentro de las instituciones del Estado? La vida de cualquier persona está marcada por esa manera de aferrarse a los idealismos. Es lógico, claro está. Las generalizaciones son la forma en que creemos comprender el mundo y nos da cierta calma que a grandes rasgos (como ese mismo ejercicio de generalización) llamamos salud mental.

La ya gastada frase que cita Nietzsche sobre la mitología griega, en su obra Humano, Demasiado Humano, en cuanto el papel de la esperanza en la vida de las personas, como aquella constante que nos hace permanecer dentro del sufrimiento ante la idea de un posible cambio. La misma podría ser la explicación de la idea de un cielo, de un estado utópico, ideal, del adecuado funcionamiento del capitalismo, socialismo, comunismo, de esperar, seguir trabajando, seguir padeciendo, dentro de tanto o poca adversidad.

En esencia son todos lo mismo, en el mundo, con la particularidad que el guatemalteco puede que sea un ser esperantizado con baja autoestima gobernado por individuos con delirios de grandeza.

Metafísicamente hablando, las experiencias las catalogamos dentro de amplias descripciones, y en especial en occidente bajo esa dicotomía aristotélica que aún, luego de más de dos mil años, sigue influyendo dentro de nuestra percepción. Difícilmente podemos ver algo más, aún más difícil el querer ver ese algo más.

¿En realidad esta nueva generación de jóvenes desean ver algo más? ¿Son capaces de verlo? Algunos dirán que sí lo desean, lo han demostrado, con sus marchas, sus artículos, sus agrupaciones, sus vídeos por internet y su búsqueda en la creación de espacios para los tanques de pensamiento. Ahora, ¿son capaces? ¿Qué tan capaces pueden ser si se siguen aferrando a un pensamiento idealista dicotómico en material del funcionamiento de la política, lo moral, lo cultural, lo psicológico-biológico-social que ha prevalecido en los últimos años, décadas, siglos? Claro que es posible, pero hay que ser objetivos.

Los cambios institucionales, sistemáticos, toman tiempo, trabajo, el momento adecuado, suerte, toman todo mientras no se pueda detallar un fenómeno tan complejo. Toman nada mientras vivamos ignorándolo. A veces dudo que durante todo este tiempo en la humanidad haya existido un cambio significativo, en lugar individuos que adoptan las cuotas de poder.

Allan Ortiz, fundador de GuateActiva menciona “Nuestro país necesita un #CambioGeneracional en donde los lideres emergentes de Guatemala, tomen el protagonismo de los cambios estructurales del país… Con respeto, apertura y tolerancia crítica, debemos renunciar a los antagonismos del pasado y unir nuestras voces, sin importar ideología, ni intereses particulares. Juntos podemos imaginar una Nueva Guatemala con #VisióndeLargoPlazo”.

Si lo anterior fuera cierto el mundo en sí sería un lugar muy superficial. Pero es complejo, en especial aquel que lo conceptualiza. El género humano. Por lo que sería conveniente hacer las adecuadas preguntas en lugar de dar las esperadas respuestas. Como diría Borges A esta altura de mi vida lo único que puedo dar son preguntas.

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