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María del Mar Leal / Brújula /

Actualmente Guatemala como país, sus partidos políticos, su sistema electoral y muchos otros se encuentran en crisis. Esta crisis es el claro ejemplo de la poca o nula institucionalidad con la que cuentan nuestros partidos políticos.  Para que un partido político se considere institucionalizado y fuerte requiere de algunos aspectos que lo conformarán como tal, harán que funcione de acuerdo a su objetivo primordial y cumplan su función hacia la ciudadanía; el conjunto de estos es de vital importancia para el desarrollo de Guatemala, su sistema político, su sistema de partidos y el sistema electoral.

Sin embargo, ¿qué significa esta institucionalidad de la que tanto se habla? Y ¿cuáles son los rasgos que se necesitan para considerar a un partido político como uno institucionalizado?

  1. Sistema de partidos políticos

Un partido político, en términos muy generales, es una entidad de interés público que busca promover la participación de los ciudadanos en la vida democrática, hacer posible a los ciudadanos el ejercicio al poder público, representar a la población y otros.  El sistema de partidos políticos es el resultado de las interacciones entre los partidos políticos que lo componen y las interacciones de estos en la competición político electoral por el poder.

Se dice que un sistema de partidos políticos es institucionalizado cuando “cuenta con estabilidad en sus  normas, partidos que tengan raíces  estables en la sociedad y consecuentes con sus posiciones ideológicas relativas, tiene un proceso electoral y un conjunto de partidos legítimos ante los principales actores políticos y fortaleza de las organizaciones políticas”. (Novales, 2014:16).

Como factor importante, los partidos políticos no pueden carecer de ideología. La formación de cuadros, políticas públicas, planes de gobierno y otros planes que el partido estructure deben ser regidos y basados en la ideología con la que fue fundado y funciona; tener una ideología no es malo, es la que marca el camino a seguir del partido político. Además, esta evita que los funcionarios de un partido cambien de partido cada tanto o decidan hacerlo por el mejor postor.

  1. Estabilidad partidaria

Con estabilidad partidaria me refiero a un partido político que cuenta con la capacidad de renovarse año tras año, mantenerse unido no importando las circunstancias que atraviesen, valerse por sí mismo para participar en elecciones y sobre todo superar el umbral electoral. Umbral electoral es que el partido recibirá un porcentaje de votos mínimos para obtener representación.

Dentro de este indicador de institucionalidad se encuentra la permanencia en el tiempo y la autonomía respecto a actores externos. Se entiende que el partido político debe ser estable a lo largo de los años sin desintegrarse o cambiarse totalmente, tal como sucedió con el FRG al momento de convertirse en el PRI.

Según José Carlos Sanabria, analista de ASIES, ningún partido político guatemalteco puede considerarse como institucionalizado, muchos no cumplen con los factores que lo acreditan como tal, mostrando así cuan poco o nada se encuentran institucionalizados. A pesar que muchos partidos políticos no han logrado permanecer en el tiempo por más de algunos años, sí existen algunos que han superado la barrera del tiempo. Entre estos encontramos a:

  • Partido de Avanzada Nacional (PAN), fundado en el año 1989, lleva una trayectoria actual de 26 años. A pesar de eso no es considerado como uno de los partidos más fuertes o principales del país.
  • Frente Republicano Guatemalteco (FRG), fundado en 1990, tuvo una trayectoria de casi 23 años. A principios del 2013 fue refundado como el Partido Republicano Institucional, retomando la cuenta desde cero, y actualmente lleva 2 años de trayectoria. El partido FRG perdió su institucionalidad, o la poca de ella, al ser refundado como un nuevo partido.
  • Movimiento Reformador (MR), fundado en el año 1995, llevando una trayectoria actual de 20 años.
  • Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG-MAIZ), fundada en 1982 como movimiento guerrillero y en 1998 reconocida como un partido político, llevando una trayectoria de 33 y 17 años, respectivamente.
  1. Desempeño institucional

El desempeño institucional es la capacidad del partido político de lograr el objetivo electoral que se haya propuesto. Es decir, haber participado en un número específico de elecciones, el haber o no llegar al poder, haber participado y posicionarse como el partido opositor, la estabilidad del partido y volatilidad de su electorado.

Los partidos políticos guatemaltecos no han logrado todos estos factores; sin embargo, hay algunos que han logrado unos cuantos. Por ejemplo, el partido político Partido de Avanzada Nacional (PAN) es uno de los más antiguos en el país, ha participado en 6 elecciones, 7 si contamos las elecciones generales 2015, el partido ya llegó al poder y ha sido estable a lo largo de los años.

Existen otros, como el partido Victoria, el cual ha participado en elecciones a alcaldías pero nunca ha participado a elecciones presidenciales, nunca ha llegado al poder ni se ha posicionado como el partido opositor.

  1. Fortaleza organizativa

Con fortaleza organizativa podemos entender que el partido político cuente con el despliegue territorial de la organización legal del mismo y el número de sus afiliados, asimismo es importante que ambos datos concuerden.

Es decir, el partido político debe encontrarse como mínimo en 50 de los 338 municipios existentes en Guatemala, según José Carlos Sanabria. Además, el artículo 19 de la Ley Electoral y de Partidos Políticos expresa que este debe contar con un mínimo de afiliados equivalente al 0.30% del total de ciudadanos inscritos en el padrón electoral de las últimas elecciones; este número puede variar en cada proceso electoral por la cantidad de ciudadanos inscritos en el padrón. Para que estos afiliados sean válidos, al menos la mitad de ellos debe saber leer y escribir.

El Tribunal Supremo Electoral pretende cerrar el padrón electoral este año con 8 millones 200 mil guatemaltecos.

  1. Democracia interna

La democracia interna en un partido político es un factor importante. Esto se refiere a que dentro del mismo “existan espacios reales de participación, de procesos internos y calidad de selección de autoridades y candidatos, así como el énfasis puesto en la formación política” (Novales, 2014: 17).

Para lograr la democracia interna dentro de un partido político es importante la existencia de la meritocracia; es decir, los espacios reales de participación deben ser ganados por la capacidad y estudios de las personas (méritos) y no por la cantidad de dinero que puedan aportar al partido para lograrlo (clientelismo). Lastimosamente en Guatemala este es uno de los rasgos característicos que debilitan a los partidos políticos.

Además, otro factor de la democracia interna es la existencia de espacios para los grupos minoritarios, como los indígenas, los jóvenes y las mujeres, por mencionar algunos de ellos. Esto con la finalidad de que existan espacios de representación para estos grupos de minorías y exista representación real para todos los guatemaltecos, debido a que si los partidos políticos no otorgan estos espacios, personas de dichos grupos tendrán pocas oportunidades reales de llegar al poder.

Por último, para que todas estas características puedan cumplirse o reforzarse es importante que el Tribunal Supremo Electoral exija partidos políticos que cuenten con estas o que implemente reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos para que tenga leyes fuertes que exijan y logren cumplir este reto. Tanto la Ley Electoral y de Partidos Políticos como el Tribunal Supremo Electoral son actores importantes para el fortalecimiento e institucionalidad de los partidos políticos. Recordemos que son ellos quienes rigen y ponen las reglas en este gran juego de poder.

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Novales, H. (2014). Partidos Políticos guatemaltecos: financiamiento institucional.

Ley Electoral y de Partidos Políticos.

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