José Mariano Díaz/ Corresponsal/ Opinión/
El fútbol es el deporte más popular del planeta; reúne a masas que lo ven y lo disfrutan durante noventa minutos. En Guatemala esta es la disciplina favorita ¿quién no ha pateado una pelota? O ¿quién no se emociona cuando la selección gana un partido? Junto con estas se presentan otras interrogantes como: ¿por qué no clasificamos al mundial? ¿Por qué la liga es tan deficiente? También están los que dicen que por qué se le da tanto dinero si no hay resultados, pero este termina siendo un tema muy complejo y no tan superficial como se piensa.
Se tiene la creencia de que el fútbol no avanza en Guatemala, porque no hay suficiente dinero o no se invierte de la mejor forma. En parte esta postura es correcta, aunque va más allá del dinero. Se habla de muchos casos de corrupción dentro de las organizaciones que manejan este deporte, esa puede ser una de las causas por la que hay un atraso en el balompié guatemalteco.
Pero también son muchas cosas como infraestructura, la nutrición de los jugadores, corrupción e incluso tiene mucho que ver con el gobierno pese a que parezca incierto.
El talento existe, está allí listo para ser explotado, mas no es aprovechado.
Y cuando se es usado no se hace el esfuerzo de formar al deportista de la manera correcta, no se emplean recursos específicamente para ello.
Por eso el deportista promedio de Guatemala es muchas veces bajo de estatura, no muy bien nutrido, si se compara con un atleta europeo o un estadounidense. El deporte se fomenta desde las bases y eso lo saben hacer muy bien los países del primer mundo, le dan mucha importancia a la juventud y con eso consiguen buenos resultados.
Pero todo debido a que los gobiernos se esmeran con brindar un buen servicio público a la población en general buena salud, educación y buenos salarios. Es por esto que muchas personas tampoco ven el fútbol como una profesión y se excusan diciendo “y de que voy a vivir” porque lamentablemente los sueldos no alcanzan para vivir solo de eso, si el futbolista fuera bien pagado le serviría como motivación para dar su mejor empeño.
Regresando al tema formar el deporte desde las bases, se habla de que la mayoría de futbolistas que juegan en los equipos locales por lo general provienen de familias de bajos recursos, por lo que si un jugador creció sin una buena nutrición es muy difícil que de un cien por ciento en la cancha. Por eso es vital darle importancia al deportista desde que está en su etapa de desarrollo.
Podemos ver el otro lado de la moneda cuando se ven las excepciones de deportistas que vienen de familias de clase alta o media donde la nutrición de los atletas es mejor. Se puede citar el caso del ex-delantero Dwight Pezzarossi, un jugador con las características ideales para competir a nivel internacional; alto y con complexión muscular grande, además de la habilidad que tiene para el juego.
Otro aspecto importante que hay que resaltar dentro de los problemas que tiene el fútbol en Guatemala, es lo psicológico. El deportista debe tener una salud física, pero también debe tener salud mental. Muchos equipos tienen un cuerpo técnico que incluye utileros, aguadores y médicos pero no siempre hay un psicólogo que los ayude en el aspecto mental. Muchos futbolistas pueden afrontar crisis o traumas, además necesitan de motivaciones y para eso se necesita a alguien especial para tratar esos temas.
También están los problemas de infraestructura, muchas veces no se cuenta con las instalaciones adecuadas para practicar el deporte o estas no están en las mejores condiciones. Este es un problema del tipo económico que se podría solucionar si se tratasen las deficiencias mencionadas anteriormente, con lo que se elevaría el nivel y haría más atractivo el espectáculo, con lo que la gente asistiría más a los juegos dejando más dinero a los equipos.
Todos los problemas están relacionados, si se empezara a poner un poco de atención y esfuerzo por resolverlos, sería como una reacción en cadena y todo mejoraría, no sólo para el fútbol sino también para los demás deportes en Guatemala.
Es importante que las autoridades del deporte conozcan las deficiencias en las federaciones, para que estas mejoren. Y no sólo lleguen a ocupar un puesto en el que cobren un salario, sin aportar nada a la institución que están dirigiendo.
Imagen: Edna Rheiner