En el artículo 71, la Constitución Política de la República de Guatemala, establece que “Es obligación del Estado proporcionar y facilitar educación a sus habitantes, sin discriminación alguna…”. Sin embargo, el interés y voluntad política por muchos años en la historia, ha hecho falta en nuestro país.
Aunque en Guatemala actualmente las clases no sean presenciales, por causa del COVID-19, esta no debe ser razón para demostrar desinterés en el remozamiento de los centros educativos del país, a esto se le suma los establecimientos afectados por las inundaciones provocadas a raíz del paso de los fenómenos Eta e Iota, que dejaron fuertes afecciones en el departamento de Alta Verapaz.
Hay hechos reales en el departamento, que reflejan las condiciones precarias en las que se encuentran los centros educativos del área rural.
Esto es preocupante, ya que si en algún momento las autoridades de educación pretenden retomar las clases presenciales, estos centros serían los primeros en poner en riesgo a nuestros niños y niñas. Se debe mencionar que muchos de estos centros, únicamente cuentan con nylons para cubrir el contorno de lo que se le hace llamar aula, otros con bambú, la mayoría de los llamados centros educativos únicamente cuentan con blocks, para que los menores puedan sentarse o recibir clases. ¿Baños?, de eso mejor ni hagamos mención, pues ahí empezamos confirmando que no están aptos para recibir a estudiantes y muchos menos en cumplir con las medidas de bioseguridad.
El 24 de enero se conmemora el Día Internacional de la Educación y más que conmemorar, es una fecha para recordarles a las autoridades la falta de acciones a favor de la educación en el país.
Algunas de estas deben iniciar de manera inmediata, con infraestructura adecuada y de calidad, para atención de los niños y niñas, sumándole que es importe tener un contorno adecuado para los infantes; la infraestructura no solo es el aula, sino también el acceso a servicios básicos como agua potable, energía eléctrica y ahora que cumplan con las medidas de bioseguridad.
La cobertura en el país debe aumentarse, esto creo que podría favorecer a que más niños y niñas puedan tener acceso a la educación. Insisto, esto debe ser especialmente en el área rural; en donde las escuelas muchas veces le dan cobertura a tres comunidades, que están en su mayoría a distancia de varios minutos. Esta indiferencia lo único que provoca, es la desmotivación en los niños y niñas.
Pero hablar de cobertura, tan solo nos recuerda que para llegar a eso, primero se debe empezar con la contratación de docentes; muchos de ellos dan atención a dos y hasta tres grados al mismo tiempo. ¿Es el mismo contenido o atención hacia los estudiantes?, la respuesta es obvia. Los docentes deben ser especializados para cada grado, especialmente para la atención de los y las niñas, pues en las áreas marginales del país, los docentes muchas veces no atienden en el idioma materno.
El reto es grande en el país y estos puntos son clave para atender por parte de las autoridades; lograrlo sí se puede y debería ser prioridad en el país, porque la Constitución Política de la República de Guatemala así lo establece y se convierte en obligación para los gobernantes.