ElDiabloII

Gladys/ Alanon/

Yo pensaba que era una supermujer y una supermamá. A todo decía que sí aun haciendo a un lado mis verdaderos deseos, con todo tenía que cumplir y a todos tenía que agradar. No daba espacio a equivocarme y mucho menos a bromas. La vida era una cosa seria y por lo tanto la flexibilidad, la alegría y el sonreír no existían en el menú.

Fui una niña, una adolescente y una adulta joven invisible. Aunque en mi familia de origen no hubo alcoholismo, sí se vivía un ambiente de familia alcohólica, ya que había disciplina severa y perfeccionismo, silencio y escasa comunicación y poca demostración de afecto. La parte positiva de todo ello es que me llevó a ser perseverante ya afuera, en el campo académico, laboral y deportivo: obtuve licenciatura y maestría universitaria, fui gerente de Centroamérica en mi profesión y fui seleccionada nacional del deporte que practicaba varias veces. ¿Qué más le podía pedir a la vida?

Tenía todo pero a la vez nada… un gran vacío sentía en mi ser.

¡Al fin me casé! Los enamorados que eran buen partido no me gustaban, los que “me necesitaban” y a los que “yo iba a salvar” me atraían, tanto así que escogí como compañero de vida a una gran persona con muchas cualidades, pero enfermo alcohólico.

Pasaron los días, nacieron mis hijas y empezaron a crecer… y yo a enloquecer entre el trabajo, en casa y a querer controlar al alcohólico. Todo el día corría, la noche era para preparar lo del día siguiente; no descansaba y no solicitaba ayuda de mi esposo. A mis hijas les exigía así como lo hacía conmigo misma: perfección en los deberes del colegio, buenas notas, buen comportamiento, cuarto ordenado y presentación personal, impecable. Ellas lo lograban a costa de su estima, su seguridad personal y serenidad. Mejor era obedecer, pero ¿y  papá?… como educador estuvo muy ausente y como proveedor todo lo contrario.

Llegó la etapa de mayor consumo de mi enfermo alcohólico y también la adolescencia de mis hijas. Yo estaba muy descontrolada emocionalmente, iracunda y explosiva ante situaciones cotidianas. Un día le contesté agresivamente a mi hija mayor, quien ya iba al psicólogo, y ella sabiamente me dijo “mami, es hora que busques ayuda”. Me quedé paralizada, no la ataqué verbalmente, su comentario me llegó al corazón. Ya más serena, me di cuenta que era necesario buscar ayuda y lo hice: entré a Internet y así encontré a los Grupos de Familia Al-Anon, leí un poco y ubiqué el grupo, el día y la hora que más me convenía. Ahora me tocaba  ir.

Llegó el día que había reunión, manejé hasta el lugar pero no me bajé del carro. Hice lo mismo otra vez. Llegué la tercera vez, me armé de valor, me bajé del carro y entré al salón. Me recibieron cordialmente.

En esa oportunidad pensé que me había equivocado de lugar al oír que hablaban de comprender al “enfermo alcohólico”, pero ¿cómo, si la pobrecita soy yo?

El tiempo es implacable, ya pasaron seis años desde que crucé esa puerta que me abrió un nuevo mundo en el que he aprendido a vivir y no a sobrevivir sin importar si mi ser querido alcohólico sigue bebiendo, a pensar antes de actuar, a no juzgarme y a no juzgar, a amar a un Poder Superior que me ha amado desde siempre con todo y mis defectos, a tener un plan B para no depender de alguien y muchas más actitudes positivas que las descubrí en cada reunión. Entendí que aunque mis papás no eran alcohólicos, sí estaban afectados por el alcoholismo de un hermano. Confirmé que el alcoholismo es una enfermedad de contagio familiar.

Indudablemente, el mayor remordimiento de mi actuar cuando no conocía las herramientas de Al-Anon, es el daño que le hice a mis hijas a pesar de no ser yo quien bebía licor, pero sí tenía emociones destructivas; en Al-Anon comprendí que yo hice lo mejor que pude con lo que disponía en ese preciso momento. Ahora que ellas ya son jóvenes adultas, es su responsabilidad buscar la ayuda que necesitan para resolver sus dolores. ¡Y qué mejor que asistir a  Al-Anon!

Grupos de Familia Al-Anon y Alateen de Guatemala.

Oficina de Servicios Generales: 6a. calle 0-39 zona 1. Teléfonos: 2253-9637 y 2251-8949. anondeguatemal@gmail.com. www.al-anon.org.gt

Imagen: Tumblr

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