Por: Mónica Paola Cándido Rodas
“El hecho de que exista una minoría privilegiada, no compensa ni excusa la situación de discriminación en la que vive el resto de sus compañeros. “ -Simone de Beauvoir.
Guatemala es un país rico en cultura, multiétnico y plurilingüe; por lo que la mayoría de la población, pertenece al grupo indígena. Sin embargo, en nuestro sistema de salud, ¿qué modelo es el que se sigue? Es un modelo biomédico, el cual no toma en consideración la mayoría o bien, ninguna de las creencias o costumbres de las etnias de Guatemala. Indiscutiblemente se prioriza al grupo “ladino” o cualquier otra persona que se acomode a él, sabiendo que este es equivalente a la minoría de los habitantes.
Pongámonos en el lugar de una persona indígena, imagínate estar enfermo y ya se descartaron los medios de la vecina, de la abuelita y del curandero; la última opción es ir a un centro de salud. ¿Por qué es tu última opción? Porque sabes que te sentirás como si estuvieras en medio de extraños; con personas que no entienden lo que hablas, probablemente te discriminan por cómo te vistes e incluso, te dicen que algo como el empacho no existe. No le creerás y no confiarás en la persona con bata blanca, que te habla en otro idioma y que niega todo en lo que crees. Te sentirás incómodo si te piden que te quites tu ropa y te pongas una bata para poder examinarte. No entender lo que hablan a tu alrededor y sólo tratar de descifrar las expresiones faciales de los demás. Definitivamente es un lugar en el que no quieres estar, porque te sentirías excluido.
Las personas no confían en los servicios de salud, porque no van acorde a sus creencias e ideologías, es más, son rechazadas por la misma razón. La Instancia Nacional en Salud, se dio cuenta de esta gran problemática y a través de una investigación, se propuso el Modelo Incluyente en Salud (MIS); para darle una percepción multidimensional a la salud. En el MIS, lo más importante es tomar en consideración la sensibilidad y pertinencia cultural, en la medicina moderna. El enfoque del MIS, es hacia el primer nivel de salud: puestos de salud y centros comunitarios que se encargan de la promoción y prevención de enfermedades; especializados en la comunidad en la que se encuentre. Lo que busca es trabajar con terapeutas mayas y comadronas, para facilitar la comunicación y que las personas se sientan cómodas, respetadas y confíen en el tratamiento médico moderno. De esta forma, podrá darle a más del 60% de la población, el tratamiento médico que necesita. Por lo cual, se trabaja a través de cuatro perspectivas: derecho a la salud, percepción de género, pertinencia cultural, medio ambiente y naturaleza.
El MIS debe ser considerado como modelo principal y no como un modelo alternativo. Aún cuando los resultados han sido evidentemente progresivos y positivos; no se ha visto la intención de querer aplicar esta opción, al resto del país. Todavía existe esa brecha que separa a gran parte de la población, de un sistema de salud que los discrimina. Los pueblos indígenas constituyen a la mayoría de la población, debemos estar conscientes que al no considerar a un grupo étnico dentro de la sociedad, afectará a todos y continuará siendo un obstáculo, para el desarrollo colectivo de los habitantes.