MANOS PINTADAS 3

Magda García von Hoegen/ Instituto de Estudios Humanísticos/

En junio de 2013 iniciamos un proceso de creación artística con jóvenes de Tactic, Alta Verapaz. El grupo está conformado por hombres y mujeres entre 15 y 19 años de edad, poqomchís, achís, q’eqchi’s y mestizos.

Durante este tiempo ha sido interesante profundizar en la forma en que este sector de jóvenes va transformando la forma de ver el mundo, cómo supera estigmas del pasado, incluso de una generación anterior y la manera en que reacciona ante su entorno social, los aspectos que rechaza rotundamente y también aquellos que negocia, adapta y los que desea fortalecer.

Pude descubrir que en este colectivo heterogéneo, el aspecto étnico ya no es una limitante para el logro de la convivencia. A diferencia de generaciones anteriores, han logrado encontrar puntos comunes que permiten trascender la importancia del origen; ellos y ellas convergen tanto en enfrentar problemáticas comunes, miedos, el enojo ante la violencia, como en lazos de complicidad y amistad. Podría decirse que es una interculturalidad vivida a través de los años, lo cual es importante porque su entendimiento proviene de la vida y no de un discurso aprendido.

Son jóvenes que aparentemente no tienen mucha idea de la historia reciente del país; nacieron la mayoría en el año posterior a la firma de la paz y parece que el relato de lo acontecido se ha roto entre la generación anterior y la presente.

Fue curioso observar la forma en que se representaban a través de dibujos y percatarse de que solamente tres de los 92 dibujos, tenían dibujado piso bajo los pies. Este es un dato que no se puede tomar a la ligera, porque brinda información sobre la falta de apoyo que el grupo siente en su vida y de su entorno inmediato.

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Es interesante notar lo que sucedió cuando las y los jóvenes dibujaron en su cuerpo las huellas de la historia presentes en su vida, los aspectos que quieren dejar presentes y aquellos que quieren borrar. Simbólicamente representaron esto y también las marcas de libertad, los límites, los valores que mueven su vida. Fue en este momento cuando una consciencia distinta emergió: el contacto con la corporeidad permitió que se revelara un profundo rechazo a la violencia, dolor por ausencias provocadas por la migración y por la continua amenaza de asesinatos y violaciones vividas a diario. A la par de estas grandes dificultades, se reveló también una profunda voluntad de vivir, un gran valor a la familia, el reconocimiento del esfuerzo de los padres y madres que luchan porque sus hijos e hijas tengan un mejor futuro.

Lo anterior permitió comprobar que en el cuerpo  y sus movimientos está guardada nuestra historia y quiénes somos; que es importante dejar de huir de él para tener la valentía de encontrar aspectos de nuestra identidad a través de los cuales decidamos la manera en que queremos convivir en sociedad.

Un recorrido a través de nuestras corporeidades, puede permitir acceder  a niveles de consciencia que aventajan al pensamiento, que está permeado por ideas y creencias que detienen el avance. El cuerpo, al no pasar por esos tamices, revela información que puede iluminar al pensamiento, tomar decisiones y generar transformaciones individuales y sociales.

Actualmente, seguimos trabajando con procesos creativos artísticos con chicos y chicas de Tactic en cuatro áreas artísticas: danza, música, teatro y escritura, tomando la corporeidad como código común de comunicación. El trabajo está siendo muy iluminador y permitirá plasmar la voz de las y los jóvenes, generar un puente entre ellos y su sociedad para que desde sus voces se expresen sus propuestas para la convivencia y la construcción de la paz.

 

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Imagen portada: www.flickr.com

Imágenes: IEH

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