Carlos Morales/ Corresponsal/
Actualmente Guatemala se encuentra inmersa en la algarabía que la Messimanía ha impuesto en las últimas horas. Desde el arribo en horas de la madrugada, muchos de los guatemaltecos se hicieron presentes en el Aeropuerto Internacional La Aurora, para intentar presenciar la llegada de algunos de los ídolos más grandes en el fútbol mundial, todos integrantes de la selección nacional argentina.
Sin embargo, ¿es este partido la realidad que como guatemaltecos merecemos?
Lamentablemente muchos de los comentarios que se ven en redes sociales repudian este tipo de espectáculos. Algunos porque no les gusta el deporte, piensan que es pérdida de tiempo y otros porque piensan que el país tiene otras prioridades más importantes que un encuentro futbolístico.
Los empresarios que tomaron la decisión de realizar este evento en el país pagarán aproximadamente 1.5 millones de dólares a la delegación argentina (medio millón específicamente para Messi) por su participación. Esta es una cantidad insignificante en comparación con los problemas de salud y educación que se ven en Guatemala.
El 80% de las escuelas públicas en nuestro país poseen deficiencias en ámbitos de educación física y en la educación misma. Por lo cual me pregunto: ¿Por qué no arriesgarse a dar propuestas de proyectos que apoyen la educación física en escuelas públicas y rurales utilizando los recuros que se invirtieron en el encuentro entre Argentina y Guatemala? ¿Será más factible pagar por un evento de esta magnitud que invertirlo en programas escolares?
Es allí donde se corrobora cómo nuestros empresarios poseen la mentalidad de la sociedad mercantilista y comercial en la que estamos inmersos. Un partido de fútbol o del “el mejor jugador del mundo” no pueden crear una cortina de humo para hacernos olvidar las deficiencias que tenemos como país.
Dejo la reflexión: ¿En qué debemos nosotros y los emperesarios de nuestro país arriesgar capital? Invertir en espectáculos futbolísticos como este o como el Cirque Du Soleil para el crecimiento de nuestra sociedad o invertir en formación de niños y jóvenes que serán el futuro del país y evitarán que se acrecienten los índices de violencia y desnutrición que afrontamos actualmente. ¿O simplemente una cosa no tiene que ver con la otra?
Fotografías modificadas de: http: www.accioncontraelhambre.org y www.nytimes.com