Eliú Nuila / Opinión
El trabajo es un derecho constitucional, según lo establece el artículo 101 que dicta “El trabajo es un derecho de la persona y una obligación social.” Es decir, que el Estado en sí debe buscar oportunidad de trabajo para los guatemaltecos; derecho que se les ha podido cumplir a una mínima parte de la población.
Los trabajos se dividen entre los que brinda el sector privado (que pienso es la mayoría), el trabajo que logramos a través de nuestra pequeña empresa formal o informal y, en una mínima parte los trabajos que brinda el Gobierno a través del Ejecutivo, Judicial y Legislativo.
Me quiero centrar más en el trabajo que brinda el Gobierno con sueldos “bien” pagados para algunos, con horarios donde se cumplen las 8 horas diarias, pago de viáticos en algunas entidades y todavía con el beneficio de celular, comida, vehículo, etc. Reitero, en algunos empleos.
Sin embargo mi tema en específico, es presentar mi inconformidad a los sindicatos que existen, pues se han centrado únicamente a exigir beneficios propios y no colectivos (cuando hablo de colectivos me refiero a la ciudadanía en general). Hemos visto y escuchado paros laborales del magisterio por semanas exigiendo refacción escolar, valija didáctica, pero siempre, repito, pero siempre tienen que exigir primordialmente aumento de sueldo y traslado a renglón 011 (en planilla con prestaciones). Tapan calles y dejan de trabajar exclusivamente para exigir mejoras estructurales, refacción escolar, material didáctico para los niños o la contratación de maestros o ampliación de cobertura.
Hemos visto como el sindicato de salud bloquea carreteras, toman instalaciones, cierran centros de salud y/u hospitales para exigir aumento salarial y traslado al renglón 011, muchas veces disfrazando esas exigencias con pedir abastecimiento de medicamento.
Me han enseñado que cuando no estoy feliz en mi trabajo por el ambiente o sueldo, es mejor que renuncie, pues mi rendimiento y calidad como trabajador se va por los suelos. Me han dicho que busque un trabajo donde sí me paguen bien, donde sí me sienta cómodo pues detrás de mi puesto hay decenas de jóvenes y personas que solo están esperando una oportunidad laboral.
Los sindicatos lamentablemente han sido creados para ello, para evitar que el trabajador rinda y dé el 200% a la atención del usuario, ame su trabajo y sobre todo lo que haga bien.
Es increíble que con cada protesta que se realiza, afectan a miles de niños, productores, empresarios (grande, mediana y pequeña empresa), campesinos y las personas que somos felices con nuestro trabajo. Pero hay algo más indignante en nuestro país y los sindicatos, que cuando nuestros hermanos campesinos protestan, ahí va la sátira y criminalización a las acciones, sin embargo es aplaudible pues muchas veces protestan a beneficio de todo un país y no solo su grupo como lo hacen los sindicatos.
Mi abuelo les diría “los huevones que no quieren trabajar”.
¿Queremos un mejor país? Hagamos lo que nos corresponde como trabajadores del Estado y como trabajadores del sector privado; reitero si no soy feliz con lo que tengo, lo dejo para alguien más y me busco un lugar donde sea feliz para dar el 200%.