La mujer no debe aceptar, debe desafiar. No debe ser intimidada por quien se ha construido sobre ella; debe reverenciar a la mujer que hay en ella con fuerza de expresión” – Margaret Sanger

Seguramente si te pones a hablar con tu abuelita o con tu bisabuela acerca de cómo vivían ellas, el hecho de ser mujer y como desempeñaban roles de género y lo comparas contigo, no dudo que encontraras una abismal diferencia entre ambas realidades. La sociedad evoluciona día con día, para algunos avanza pasos agigantados y para otros se degenera y pierde los valores tradicionales a la misma velocidad. Sea cual sea tu postura debes aceptar que la sociedad, los roles de género y las reglas sociales han ido modificándose y adaptándose a las nuevas generaciones.

La mujer no se queda atrás en este proceso de adaptación y evolución. Los derechos, las libertades y las opciones que ahora como mujeres tenemos, son muy diferentes a las que tenían las mujeres de las generaciones de nuestras abuelas y sus madres.

Para que me entiendas más fácilmente te pondré algunos ejemplos prácticos. Hace menos de 70 años, en algunos territorios, las mujeres aún no tenían el derecho a votar, los sufragios ejercidos por mujeres, no son tan antiguos como parecen. En México, por ejemplo, después de un largo proceso de lucha política por parte de los movimientos de mujeres, estas lograron finalmente en 1953 ganar su derecho político al sufragio. En Colombia el logro llegó 1 año después, en 1954, en Guatemala, este derecho llegó mucho antes que en México y Colombia, hace un poco más de cien años, el 6 de febrero de 1918, cuando una ley histórica fue aprobada en el Parlamento Británico, otorgando el voto a algunas mujeres; aquellas mayores de 30 años con propiedad privada. Otro ejemplo se encuentra en la foto que he colocado de portada, esta foto tomada en el año de1967, muestra a Kathrine Switzer, quien se convirtió en la primera mujer en formar parte en la maratón de Boston, una carrera solo para hombres. Cuando los miembros de la organización se dieron cuenta de lo que estaba ocurriendo intentaron echarla, pero la ayuda de otros participantes permitió que llegara a la meta. Fue hasta el año de 1958, cuando la piloto italiana M. Teresa de Filippis, lograba ser la primera mujer que pudo participar en una carrera de automovilismo, en total participó en cinco pruebas de Fórmula 1.

Pero no te dejes engañar, si bien es cierto las cosas han cambiado para mejor, la lucha aún no termina, queda muchísimo terreno por abarcar y muchos cambios sociales y políticos por hacer, antes de alcanzar la tan ansiada igualdad, vamos por buen camino. Discúlpame si hablo de esto como una batalla o como una revolución; esto no se trata de demostrar quién es mejor, o quién se encuentra en un plano superior; esto se trata de tener igualdad, no solo de derechos y privilegios, si no igualdad de deberes, oportunidades y obligaciones. Esto se trata de ni una menos, ni una más, ni una mujer más víctima de violencia, ni una mujer más asesinada por crímenes pasionales, de odio o de complejo de superioridad; ni una mujer más golpeada, insultada, violentada. Esto se trata de muchas más mujeres saliendo adelante, de muchas mujeres más siendo libres de vestirse como quieran, sin temor a ser agredidas verbal, física o incluso sexualmente.

Y está perfecto que digas que el feminismo no te representa o que no estás de acuerdo con la forma en la que las mujeres expresan su feminismo. Pero por favor, cuando votes, cuando vayas a trabajar, cuando te vistas como quieres, cuando sientas la libertad. Ten presente que detrás de esas pequeñas cosas de la vida, hay cientos de mujeres, que lucharon por ti y por mí, mujeres que no tuvieron miedo de la sociedad conservadora de su época, mujeres que no dudaron en hacer revolución, que no temieron ir a la cárcel, que no temieron ser asesinadas, con tal de conseguir igualdad.

Recuerda que una mujer revolucionara, es una mujer confiada e intuitiva, comprometida consigo misma y con las demás mujeres, comprometida en aprender nuevas herramientas que le permitan conocerse mejor y vivir para mejorar el mundo a su alrededor.

 

“Algunos hombres creen que feminista es una palabra sólo para mujeres, pero lo que realmente significa es pedir igualdad. Si tú estás a favor de la igualdad, entonces lamento decirte que eres un feminista”. – Emma Watson

 

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