José Andrés Franco / Opinión /

Esta pregunta podría responderse de distintas maneras, sin embargo la discusión sobre el sexo y las mujeres puede considerarse controversial en círculos conservadores de la sociedad. Se puede llegar a pensar que la pregunta está relacionada con el simple hecho de tener relaciones sexuales y cuestionarse si las mujeres pueden llegar a tener la misma cantidad de amantes que los hombres; se culpa de esto a los grupos y movimientos feministas por llevar a cabo este tipo de conversaciones.

Sin embargo, cuando se desarrolla una discusión seria sobre esta pregunta es inevitable darse cuenta de los problemas que existen dentro del país, que están relacionados con la sexualidad y que llegan a afectar constantemente la vida de las mujeres en el país.  Según el Observatorio en Salud Reproductiva (OSAR), en el año 2014 se reportaron 71,000 embarazos de adolescentes entre las edades de 15 y 19 años. Esta no es la cifra mas alarmante, en el mismo año se reportaron 5,100 niñas entre los 10 y 14 años de edad; además, en lo que va del 2015, hasta el mes de marzo, se han reportado más de 500.

Si estos embarazos representan algún tipo de vergüenza por parte de la familia, los padres podrían optar a que sus hijas se casen con personas que, generalmente, tienen el doble o triple de edad en comparación a ellas.  ¿Esto es legal? Sí. Según el Código Civil en los artículos 81 al 84, las mujeres a partir de los 14 y los hombres de los 16 años, pueden llegar a contraer matrimonio con la autorización de los padres o del tutor legal del menor. Pero en el articulo 89 se establece que si una mujer queda embarazada antes de los 14 años, ella puede llegar a casarse si los padres o el tutor lo permite.

Se podría llegar a platear la idea de que no todos estos embarazos en niñas y adolecentes fueron violaciones, y que ellas permitieron y quisieron tener relaciones sexuales. Pero ¿ellas realmente sabían los riesgos y las posibles consecuencias de sus actos?

Si en los niveles socioeconómicos altos la educación sexual sigue siendo un tema incómodo y bastante criticado, podemos inferir que en los niveles más bajos el tema es, prácticamente, inexistente.  Además, si suponemos que ellas están consientes que el embarazo fue el resultado de una decisión que tomaron voluntariamente, no significa que el matrimonio obligado por parte de los padres sea la solución al problema, debido a que los matrimonios de esta naturaleza corren el riesgo de que caiga en abuso sexual o tráfico de personas.

Entonces, podemos comenzar a responder la pregunta inicial diciendo de que las decisiones que toma un mujer sobre su vida sexual no son realmente individuales, están determinadas por la cultura y la sociedad que las rodea, que en ocasiones, llegan a obligarlas a tomar decisiones con las que no están de acuerdo. Existen otros factores que determinan la forma “moralmente correcta” en la que deben ser tratados los embarazos. Así que si en algún momento, como mujer, llegas a tomar decisiones que amenacen o que violen las reglas morales de tu familia o de tu comunidad, puedes llegar a ser discriminada y sometida a duras criticas y prejuicios.

Tomé el caso de los embarazos en adolecentes y niñas porque es un problema que al parecer no recibe la atención necesaria y que, además, permite estudiar el problema de la libertad sexual de una mujer desde una perspectiva diferente. Sin embargo cuando se busca desarrollar discusiones sobre este y muchos otros problemas, se puede llegar a acusar a las personas de feministas, como si fuera un insulto o una posición prohibida.

El feminismo está tachado como un movimiento que busca victimizar a todas las mujeres y buscar la superación sobre los hombres en una sociedad (resumiendo las críticas más radicales). Pero la cosa no es así, el feminismo no busca la supremacía de un sexo o género sobre el otro, ni pretende que las mujeres sean juzgadas y tratadas de la misma manera que un hombre. Lo que se busca es que se entienda que las mujeres son diferentes a los hombres, y por lo tanto, se debe generar garantías, derechos y obligaciones que estén adecuadas a sus condiciones.

Un esfuerzo de generar legislación para proteger a la mujer es la iniciativa 4746 que busca elevar la edad mínima para contraer matrimonio a los 18 años, sin excepciones. Pero esta, como otras iniciativas, siguen guardada en el Congreso de la República.

Al hablar sobre la libertad sexual de una mujer no se busca discutir sobre cosas tan simples como si las mujeres pueden tener relaciones sexuales con los hombres que quieran, sino que se busca que las mujeres no se tengan que sentir social y culturalmente obligadas a tomar decisiones que llegarán a afectar toda su vida.

Parece que los grupos más conservadores no entienden que cuando una madre se ve obligada a casarse con un hombre solamente para que no sea juzgada y sea aceptada en su círculo social, se está poniendo en riesgo la institución del matrimonio (la cual constantemente defienden), debido a que se presenta como una imposición y no como un acto de amor.

No se trata solamente de hablar sobre sexo, es hablar de educación y libertad. Si eres hombre o mujer no tienes que tener miedo de tomar una posición feminista, simplemente estás comprendiendo que hay problemas en una sociedad, y que, probablemente, seguirán ocurriendo, independientemente de una posición ideológica.

Yo lo puedo afirmar y no tengo miedo de que me lleguen a etiquetar por decirlo: Soy hombre y soy feminista.

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