green plant on persons hand

El pasado domingo 20 de agosto, los guatemaltecos hemos acudido a las urnas para decidir el rumbo del país en los próximos cuatro años. Fue una jornada bastante especial, en la que se pudo percibir una gran esperanza entre la población y el despertar de una ciudadanía que se ha caracterizado a lo largo de mucho tiempo por no involucrarse. La participación de miles de voluntarios en las juntas receptoras, como fiscales de mesa e incluso como observadores es admirable. Además, el apoyo espontáneo para la donación de alimentos es algo que hubiera parecido inimaginable tiempo atrás.

Por la noche, la celebración de los resultados que llevó a una multitud a las plazas en todo el territorio
nacional demostró que la población está cansada de la cruda situación socioeconómica que atraviesa y
que demanda un cambio urgente. No se escucharon mensajes partidistas o ideológicos; el festejo fue
enfocado en el país como un todo, el clamor de las personas era: ¡Qué viva Guatemala!


Considero que esta consigna es fundamental, en estos momentos más que nunca debemos de procurar
la unidad de todo el pueblo. El nuevo gobierno se enfrentará a un reto enorme y habrá muchísimos
actores que intentarán colocarle trabas en el camino para poder desgastar su imagen y disminuir su
aprobación. La semilla germinará, pero no lo hará en un terreno abonado y bien cuidado; sino que lo
hará en un ambiente rocoso.


La clave para conseguir los resultados que deseamos se encuentra en nuestra capacidad de poder llegar
a consensos. Es necesario comprender que no todos piensan de la misma manera; pero que la pluralidad
de las ideas y la capacidad de que todos puedan ser escuchados es una de las virtudes más grandes de la democracia. De hecho, la oposición lo entiende perfectamente y es por ello por lo que a lo largo de toda la campaña se encargó de emitir mensajes de desprestigio, discursos de odio y técnicas cuyo propósito siempre ha sido incrementar la polarización.

Reconozco que todas las personas tenemos necesidades y ansiamos resultados de parte de las
autoridades lo más pronto posible. Sin embargo, recordemos que al asumir sus cargos ellos también
contarán con limitaciones físicas, temporales e incluso materiales. Seamos pacientes y empáticos, es
fundamental que como sociedad podamos reconocer las prioridades que deben ser atendidas de
primero y saber esperar, porque el proceso de reconstrucción de nuestro país no será inmediato, sino
que tomará tiempo.


Con esto no quiero decir que hay luchas que valgan más o menos que otras. ¡En lo absoluto! Pero, es
necesario voltear a nuestro alrededor y evaluar si hay alguien que requiera de más apoyo que nosotros,
es romper la burbuja. Basta solo con ver algunos datos para comprender que el país tiene una deuda
con la niñez y la juventud. ¿Cómo es posible que miles de niños mueran de hambre en la región del
norte y altiplano? ¿Acaso no es indignante que en muchas comunidades no existan centros de salud, o
que no tengan acceso al agua potable? ¿Por qué el sueño de las madres sea que sus hijos crezcan para
que puedan migrar a los Estados Unidos?


El hecho de que la UNE haya llegado por tercera vez consecutiva a segunda vuelta y que para la próxima
legislatura mantendrá su posición como una de las bancadas más importantes es un grito de auxilio que
están realizando ciudadanos. EN GUATEMALA HAY HAMBRE, HAY DESNUTRICIÓN, HAY ENFERMEDAD,
HAY MUERTE. He visto mensajes de personas criticando al electorado de la UNE y puedo asegurarles que ese no es el camino que debemos seguir. En vez de hablar mal de ellos reflexionemos sobre las

dificultades que están atravesando y que los orillan a aceptar cualquier petición con tal de recibir una
bolsa con alimentos.


También será necesario dejar el revanchismo. Sé que muchos deseamos regresarles a los representantes del sistema corrupto todos los ataques y las intimidaciones, pero ¿qué sentido tendría? ¿no seríamos entonces iguales a ellos? ¿Qué tal si les demostramos que somos mejores y que el sistema de justicia si puede funcionar de manera independiente?


Hemos experimentado en los últimos años lo que puede suceder cuando se instrumentaliza el
Ministerio Público, los juzgados y las cortes, hemos visto que no lleva hacia nada bueno. Claramente
debe haber una penalización contra todas las personas que se han aprovechado de su poder en el país,
pero lo debemos conseguir siguiendo el debido proceso. Enfoquémonos en el fortalecimiento de
nuestras instituciones y no en un ataque directo, eso es democracia.

Asimismo, los quiero exhortar a que avancemos más allá de las palabras, los invito a que también
podamos actuar. Es muy sencillo demandar cambios y fiscalizar el actuar del gobierno; pero pocos son
los que en verdad desean convertirse en protagonistas de esa transformación que requerimos.
Guatemala no son un grupo de funcionarios, Guatemala somos todos y en ese sentido deberíamos de
estar comprometidos a mantener nuestra participación constante.

No dejemos que ese sentimiento de caridad que se expresó el domingo a través del voluntariado de los
fiscales quede en el olvido. Existen muchas formas de colaborar, ya sea participando directamente en
proyectos sociales, en comités o partidos políticos reales, o incluso con acciones tan simples como
compartiendo con nuestros vecinos, compañeros de estudio o trabajo. Seamos partícipes de la
primavera que se avecina, para que en un futuro podamos estar orgullosos y darle un ejemplo a las
generaciones que vendrán en el futuro.

En resumen, a través de este espacio aspiro poder transmitirles un mensaje de verdadera unión
nacional, que podamos reflexionar sobre la realidad del país, que estemos dispuestos a escuchar las
ideas y necesidades de los demás, que respaldemos la recuperación de las instituciones y la construcción de un Estado funcional, y por último, que busquemos espacios que nos permitan involucrarnos activamente.

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