Lenina García / Opinión
Escribo esta columna de opinión desde la rabia. Guatemala es una herida que no sana. Cada semana ocurre una tragedia distinta, un show político nuevo. He llegado a preguntarme ¿cuál es este tipo de realidad? y ¿qué es la realidad en sí?
Recuerdo cuando nuestra profesora de Literatura Europea nos hablaba del Teatro del absurdo y de cómo los artistas de mediados del siglo XX se llegaron a cuestionar lo que estaban viviendo a raíz de la Segunda Guerra Mundial, lo cual los impulsó a plasmar un arte fragmentado y carente de lógica. Así me siento en estos momentos. Nuestra realidad es absurda, porque cada vez se pierde el sentido de lo humano.
El saldo de la semana pasada es: una joven estudiante muerta, al ser atropellada mientras manifestaba en la calle y más de 10 jóvenes heridos. Aunque es difícil saber con exactitud las anomalías que estaban sucediendo en la Escuela de Comercio II y -que es una tarea que le corresponde al Ministerio Público-, quisiera compartir algunos elementos que llaman mi atención:
La burocratización del MINEDUC
En sus declaraciones, los estudiantes de Comercio expusieron que salieron a manifestar por 3 motivos: 1. Exigir al Mineduc la contratación de un Director, -ya que llevaban 5 años sin uno-. Solicitar la destitución del actual sub-director y del Supervisor Educativo por no atender sus demandas. 2. Presupuestar a tres docentes, ya que tienen varios cursos sin cubrir. 3. La contratación de personal operativo. En repetidas ocasiones entregaron cartas a la Departamental y al mismo Ministro de Educación para encontrar una solución, pero no fueron resueltas sus demandas. Los motivos de los estudiantes fueron enunciados en una conferencia de prensa de la Comunidad Estudiantil Comercio 2.
El sistema educativo tal como está diseñado en la actualidad, no responde a las necesidades inmediatas de los estudiantes. Aunque el Currículum Nacional Base establezca que los estudiantes deben ser los protagonistas de su proceso educativo, en la actualidad hay un divorcio entre la teoría y la práctica. Muestra de ello es la culpabilización de la sociedad hacia los estudiantes por los hechos ocurridos, quienes estaban en su derecho constitucional de manifestar.
Además, existe una saturación de responsabilidades administrativas en las Departamentales de Educación, que se replica con los claustros de docentes. Esto genera una crisis de tal grado, que para un Supervisor es más importante cumplir con la entrega de un sinfín de papeles, que si los estudiantes cuentan con los insumos básicos para aprender. El enfoque de derechos es la asignatura pendiente en la Educación del país.
Ahora no se puede retroceder el tiempo, pero lo ocurrido es un llamado hacia el Ministerio de Educación y todos los que conformamos la comunidad educativa. Este modelo actual, burocrático, es insostenible.
Un presidente que se desmaya, mientras el pueblo se ensaña contra el pueblo
Retomando el Teatro del Absurdo, Jimmy Morales es su máximo exponente en Guatemala. Es inconcebible que mientras ocurría la tragedia de los estudiantes, tuvieran que atenderle por un supuesto “desmayo”. Como también es absurdo que los diputados estuvieran presentando una iniciativa de Ley que vulnera los derechos de las Personas de la Diversidad Sexual y que penaliza el aborto, cuando en nuestro país la educación integral en sexualidad es nula.
La táctica del gobierno actual -y la de los últimos gobiernos de turno-, es dividir al pueblo, para que la clase política que toma las decisiones del país y defiende sus privilegios, lo siga haciendo sin ningún problema.
Este domingo, en las afueras de la Escuela de Comercio 2, antes de ir al funeral de Brenda Domínguez, manifestantes pronunciaron una consigna que aún resuena en mis oídos: “¿Quiénes mueren en este país? ¡Los hijos de la clase trabajadora!”. Y así sucedió con las 41 niñas del Hogar “Seguro” y así sucede por los siglos de los siglos…
En imposible seguir en esta dinámica de muerte y violencia. ¡Vamos hacia la destrucción colectiva! si cada día representa un abuso, un ataque hacia la vida, solo queda un camino y una joven de 15 años, lo dijo claro:
“No necesito un título para defender mis derechos” *
En la conferencia de prensa que ofrecieron los estudiantes de Comercio 2, este domingo después de la trágica muerte de Brenda Domínguez, una de sus compañeras compartió que esa fue la frase* que ella mencionó antes de salir a manifestar a la Calzada San Juan. Dijo que después de ser Perito Contador, estudiaría para ser abogada en la Universidad. Quería recordarse a sí misma, como alguien que empezó a defender sus derechos desde su carrera.
Ser defensores de los derechos humanos ya no es una opción en un país como Guatemala, debe ser nuestra práctica diaria de vida. Y eso también implica la reforma profunda de este Estado, que hasta el momento no da tregua y sigue perpetuando la violencia estructural, el saqueo, la omisión de su responsabilidad.
Al igual que Brenda, no necesitamos un cartón para defender nuestros derechos. Basta que nos indigne el dolor del otro, la injusticia y el profundo odio en el que vivimos ¿Asumiremos ese compromiso o nos haremos los dormidos como Jimmy Morales?
Imagen: Lenina García