La coyuntura que actualmente se encuentra atravesando el país es algo parecido a una película de alto presupuesto pero mal producida, llamada Guatemala. Después de la declaración de non grato de parte del presidente Jimmy Morales al comisionado Iván Velásquez, la incertidumbre, confrontación y polarización de los actores políticos y la ciudadanía en general, no se hicieron esperar.
Como revista digital que promueve el pensamiento crítico y transformativo en jóvenes, nos preocupa la cantidad de desinformación, malintencionada, sesgada o poco argumentada que los acontecimientos políticos han provocado en el país.
Desde nuestra visión de fomentar una participación ciudadana joven, estamos convencidos que la información es clave para lograrlo; una información objetiva que no venga necesariamente de la inmediatez, de esta saturación actual de noticias y análisis. Buscamos jóvenes que se interesen permanentemente por las realidades y problemas de fondo del país, y que logren ver en esta crisis, un elemento más de un Estado cooptado y urgente de reformar.
Por ello y en la búsqueda de seguir contribuyendo a pensar un país diferente desde los jóvenes, aquí diez ideas para no permitir que la crisis nos sea indiferente:
Es momento de ser críticos. Críticos con las noticias y la información que nos llega, manteniendo una visión amplia y profunda de las problemáticas del país.
Informarse. Todo medio de comunicación posee una agenda política que priorizará, eso nadie lo puede negar, pero eso no debe en ningún momento, significar falta de rigurosidad periodística. Es decir, siempre debemos recurrir a fuentes confiables y cerciorarse que la información que publican sea certera.
Buscar fuentes confiables. En esta coyuntura, estas fuentes son todos aquellos que brinden una visión de la realidad política desde una postura legalista, crítica y profesional. Un abogado constitucionalista, politólogo, internacionalista, funcionario público u otro analista pueden ser fuentes confiables.
Evitar fuentes no confiables. La polarización de estos días ha permitido que surjan fuentes no confiables, tanto en cuanto a rigurosidad periodística, como en la información que brindan. Son fuentes que tienen algún sesgo político y por lo tanto, su visión deja de ser objetiva. Desde personas que poseen algún familiar o conocido investigado por la CICIG y funcionarios públicos demostrando su apoyo ciego al presidente, hasta quienes defienden al comisionado o cualquier otro protagonista de esta crisis sin dar razones fundamentadas para su respaldo.
No podemos defender una u otra postura solo “porque sí”, siempre busquemos el porqué (fundamentado y serio) de las declaraciones de nuestras fuentes. ¿Por qué dicen lo que dicen? ¿Cómo lo pueden comprobar? ¿Poseen algún conflicto de interés con el caso? Si las respuestas a estas preguntas son ambiguas, probablemente nuestras fuentes no serán confiables.
Recuperar aquello que empezamos en el 2015. Volvamos a sentir que en nuestras manos está el cambio que Guatemala necesita. Si podemos decir que el país empezó a cambiar, al menos en algo, a partir de la crisis y manifestaciones de hace dos años, definitivamente puede continuar cambiando para mejor. La participación y opinión de los jóvenes en 2015 fue fundamental para muchos de los cambios que se lograron, y en esta coyuntura, los jóvenes vuelven a no ser la excepción.
Dejar la indiferencia a un lado. Creemos importante continuar apoyando el combate a la corrupción y la impunidad en Guatemala, siendo jóvenes comprometidos con el cambio en el país. Si eso significa salir a las calles a defender nuestros ideales, hagámoslo, demostrando que alzar la voz y manifestar de forma pacífica, es un derecho de todos los guatemaltecos.
Conocer reforma institucionales. Al informarse de forma crítica, podremos saber que Guatemala necesita cambiar y reformar el sistema de partidos políticos y el de justicia. Es importante, lograr que los partidos políticos sean realmente agrupaciones que reflejen, trabajen y luchen por las necesidades de la población y que estén dispuestos a trabajar activamente para llevarlos a cabo. Y es momento de lograr que la justicia pueda llegar a todas de forma pronta y objetiva.
Para estos dos cambios fundamentales y necesarios, se debe conocer las propuestas actuales que existen para reformar los futuros procesos electorales y la constitución del país.
Claridad en las elecciones que se avecinan. Tener claridad que como jóvenes, tenemos incidencia en la política guatemalteca y uno de los acontecimientos importantes que vendrán próximamente, son las elecciones generales del 2019. Que esta crisis nos haga comprender que “el menos peor” definitivamente nunca será el mejor, y que nuestro voto puede definir el futuro de nuestro país.
Perder el miedo. Debemos perder el miedo a tomar una postura política. La coyuntura nos lleva a ser serios y decidir qué ideales y luchas estamos dispuestos a defender. Con argumentos y sin confrontación, toda postura es válida.
Guatemala necesita que los jóvenes sean quienes lideren ya el cambio, aprendan a debatir ideas, escuchar y no confrontar de forma violenta y polarizante a quienes tengan una postura distinta a la propia.
Ser crítico no hará que el país cambie. Pero definitivamente sí permitirá empezar a construir el camino para el cambio, especialmente si tenemos de la mano una brújula que acompañe este caminar, apoyando siempre la defensa de la dignidad y justicia para todos y todas.
Este es el momento de transformar Guatemala en un lugar bueno para vivir.
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