María del Mar Leal / Colaboración /
¿Por qué te gustan los carros?
¿por qué te gustan los cómics?
¿por qué te gusta patinar?
¿por qué te gustan las cosas de niños?
¿por qué no te gusta cocinar?
¿por qué no querés casarte?
¿por qué no querés tener hijos?
¡Esas caricaturas son de niño!
¡Sos mujer! ¡Qué tomboy sos! o ¡Ya sabés cocinar, ya podés casarte!
Sé que muchas chavas habrán escuchado los mismos comentarios que yo -de una lista interminable-, algunas más que otras, algunos comentarios más directos mientras que otros más disfrazados, acompañados de un “te estoy molestado hombre”; comentarios sin sentido y sin argumentos. ¿Qué tiene que a mí, y probablemente a muchas chavas más, nos gusten esas cosas? El hecho de que me gusten algunas cosas “de hombres” o “de niños” no me hace dejar de ser mujer ni de ser femenina – a mi manera- en algún momento, ¿o sí? Incluso, a muchos amigos les sorprenden cosas como el simple hecho de que llegue con las uñas pintadas o maquillada, como si no pudiera hacerlo cuando quiera, como si no pudiera gustarme todo a la vez.
Lastimosamente, vivimos en una sociedad machista, una sociedad en la que hasta las mismas mujeres lo son.
Y para las que están pensando que no lo son, recuerden aquel momento en el que vieron a una chava vestida no tan “femeninamente”, haciendo alguna cosa “de hombres” o una con el pelo corto y pensaron qué tomboy, qué macha o cuando critican a alguna mujer por no saber hacer los quehaceres de la casa (como si saberlos fuera todo). Es más, muchas tal vez no lo hagan al criticar a otras, pero lo reproducen en su vida al pensar que la meta más grande es tener una familia a la cual cuidar y servir -teniendo un pensamiento machista, sin darse cuenta-; al pensar que por el hecho de ser mujer una debe saber cocinar, querer tener hijos, saber hacer los quehaceres de la casa y buscar encajar a la perfección en el molde establecido años atrás.
Incluso, muchas podemos vivir en un ambiente machista sin darnos cuenta, actitudes que provengan de nuestros novios son actitudes tan sutiles que parecen no serlo. Por ejemplo, que nos hagan comentarios -y los aceptemos- como “no digás malas palabras, no fumés, no bebás, eso no es de señoritas” o que te digan “qué inocente sos, obviamente te invitó a salir porque quiere con vos”, cuando en realidad el chavo puede ser tu amigo y nada más, son también actitudes que reflejan el sistema patriarcal en el que vivimos.
Si bien es cierto que esta conducta social se reproduce porque es aprendida e inculcada desde la casa, no debe reproducirse y ser así porque es así y así nos han enseñado a ser. Creo que llega el momento en la vida de todos y todas en la que debemos cuestionar nuestro actuar y reflexionar en este sentido. La construcción social existente no es natural, es un imaginario social que nos dicta cómo debemos ser, ya sea ser hombre o ser mujer. Muchas veces no escogemos qué pensar, cómo actuar y en qué creer, simplemente se nos impone porque “así lo dicta la sociedad y es lo correcto”.
Sin embargo, ¿quién dice y dicta qué es lo correcto?
Todas podemos escoger lo que nos gusta, lo que queremos hacer y qué queremos para nuestras vidas. No necesitamos de otras mujeres u hombres criticando los porqués de nuestras decisiones y gustos. Nadie los critica a ellos por “ser normales y encajar en los estereotipos de la sociedad”. Pensemos entonces en aquellas mujeres que “son normales”: ¿cómo se sentirían si otras mujeres las criticaran por saber cocinar, por querer hijos, porque les gusta el maquillaje y saber perfectamente bien cómo colocárselo sobre el rostro? Muchas veces cambiar el enfoque puede llegar a no ser tan agradable.
La mayoría de días, si no es que diariamente, me pregunto: ¿qué tiene de macha hacer algo que nos gusta o vestirnos como nos sintamos más cómodas y salirnos completamente del estereotipo?, ¿dejo de ser mujer al querer interesarme más en saber de carros y no depender de ningún hombre si el mío se arruina en algún momento, que por interesarme en saber hacer hilachas? ¿En serio odiar la cocina o no querer hijos me hace dejar de ser femenina? La verdad es que, cada una es como es, le gusta lo que le gusta y ya, no hay más vueltas que darle al asunto; no es tan difícil de entender. No entiendo porqué todavía hay mujeres que critican tanto a otras por ser diferentes, hace muchos años que dejamos atrás el pensamiento de que la mujer solo es buena para la cocina , cuidar hijos y ser femenina (o era lo que yo pensaba).
Eventualmente el tema de que una mujer tenga gustos fuera de lo normal deja de ser algo tan controversial, porque se acostumbran a esa “chava diferente” ; sin embargo, hay algunas actitudes que todavía es difícil que sean aceptadas. Muchas veces ni siquiera puedo imaginar en hacer un comentario como “no quiero tener hijos, no me gustan los niños; prefiero continuar estudiando”, porque esta se convierte en una frase desafiante hacia el sistema mismo. Pero, qué pasa si es un hombre quien se expresa con las mismas palabras, la reacción es todo lo contrario, deja de ser una amenaza al orden preestablecido y se convierte en un pensamiento más y común “en hombres”.
Aún no estoy muy segura de qué es lo que siento cuando escucho comentarios así, no sé si me da tristeza que muchas mujeres aún no piensen por sí mismas y únicamente reproduzcan lo que la sociedad dicta e intenten no salirse del estereotipo, en lugar de ser ellas mismas y expresarse como más les guste y como mejor lo sepan hacer. Creo fervientemente que es mucho más interesante tener una conversación con una mujer que es diferente y con la que se pueda conversar una variedad increíble de temas, desde maquillaje hasta inyección automotriz, y utilizo esa escala porque es la escala que me mide a mí. Y seguramente es la misma que mide a muchas más que piensan igual que yo, que no soportan más esos comentarios que intentan reprimir a lo que en verdad se es.
Una de las cosas que más sorprende es que ni siquiera los hombres critican tanto a las mujeres que son así, como las mujeres mismas. Es por esto mismo que me refiero tanto a la crítica de mujer a mujer, porque probablemente de cada 10 comentarios así que he escuchado, 7 u 8 provienen de mujeres. Somos del mismo sexo, ¿por qué no apoyarnos entre nosotras? y comprender que si a una le gusta algo que a la otra no, no debe criticársela e intentar que entre en el molde.
No todas estamos destinadas para lo mismo.
Así que si a vos te gusta leer sobre carros, si te gusta ver “Star Wars” en lugar de “Bajo la misma la estrella” -como a mi- no te preocupés, habemos muchas más así y con los mismos gustos. Expresáte y se vos misma, no dejés que nadie te impida ser quien realmente sos, ni siquiera la sociedad, sus absurdas reglas y el ridículo estereotipo establecido.