Colaboración-Mynor-Mayo-Oliverio

Mynor Alonzo / Colaboración /

[quote]“Las jornadas de lucha del pueblo y la juventud no serán detenidas por el terror, avanzarán hasta alcanzar el triunfo que vislumbró tu palabra.”[/quote]

Este poema, plasmado cual promesa ante la imagen de Oliverio Castañeda de León, puede encontrarse en la pasarela que conecta los edificios M1 y M2 en el campus central de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

Aún recuerdo cuando en el 2008, con 18 años recién cumplidos fui a ver mis resultados de exámenes específicos y lo leí por primera vez. Cada día que paso por allí me detengo dos segundos, lo leo y suspiro. Siento como corre por mi cuerpo años de historia erizandome la piel, y con ella siento la responsabilidad que mi generación tiene de resucitar el movimiento de estudiantes universitarios y con ello alimentar las esperanzas del pueblo guatemalteco.

Y es que considero importante que todos los jóvenes universitarios tomemos conciencia del papel que podemos asumir en la actual coyuntura del país. No se trata de ver si el presidente tiene la dignidad de renunciar o se aferra a un gobierno ilegítimo con tal de proteger los intereses de estabilidad estatal del CACIF, tampoco se trata de salir a las calles a gritar y brincar por el simple hecho de sentirnos rebeldes.

Se trata de establecer con nuestras acciones las nuevas reglas del juego político en Guatemala.

Durante la segunda parte del siglo pasado se vivió un conflicto que fragmentó al país; la desconfianza y la intolerancia invadieron a los hogares de los guatemaltecos, y se optó por establecer “zonas seguras” no sólo físicas sino ideológicamente, donde los diversos grupos sociales parecían agazaparse. Es quizá por eso que surge una gran diversidad de universidades privadas con diferencias ideológicas y axiológicas como opción a quienes deseaban que su hijo o hija recibiera educación superior de manera “segura”.

Sin embargo, tras la firma de los acuerdos de paz en 1996, estas estructuras pasaron a ser un obstáculo para la reconstrucción del tejido social y la reconciliación entre Guatemaltecos. La falta de espacios para coincidir, los prejuicios y los estereotipos minaron durante todo este tiempo a la juventud universitaria, y con esto se acentuó la segmentación social en el imaginario de la juventud guatemalteca.

Y es justamente en el imaginario de la sociedad guatemalteca, en donde se acertó el máximo triunfo de la manifestación del 16M. Cuando los jóvenes universitarios nos apoderamos de las calles del centro histórico y lo convertimos en el espacio ideal para conocernos, compartir y de esa manera derrumbar las barreras que nos separaron durante tanto tiempo.

Pero nuestro reencuentro no solamente significa derrumbar prejuicios, sino que puede ir mucho más allá.

Nadie puede negar que los universitarios somos uno de los grupos más plurales de la sociedad guatemalteca, dentro de las aulas universitarias estudiamos jóvenes de distintas ideologías, estratos, etnias, religiones y oficios. Por lo que pensar en el reencuentro de los universitarios podría ser un peldaño gigantesco para la reconciliación nacional.

Por nuestra naturaleza juvenil debemos ser activos, por nuestra naturaleza académica debemos ser racionales y propositivos, por nuestra naturaleza diversa debemos ser tolerantes e incluyentes; Decidimos tomar las calles para manifestar nuestra indignación, pero las calles nos tomaron a nosotros y forjaron una unión. Compañeros universitarios: En esta coyuntura tenemos una cita con la historia, demostremos que estamos a la altura participando.

No estaré dispuesto nunca más a dejar que se aprovechen de mi pueblo, este país es nuestro y estamos dispuestos a mejorarlo.

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