Eliú Nuila/ Opinión/
En los últimos días hemos estado escuchando, viendo y leyendo el tema y/o debate que generara las declaraciones que hiciera una de las personas más antiguas dentro del Congreso de la República, sobre la posible REELECCIÓN del presidente Constitucional de la República de Guatemala. Un tema que es “prohibido” por el Código Penal y la Constitución Política de la República de Guatemala según la Carta Magna.
La temática, ha generado discusión sobre si es o no correcto hablar de una posible reelección del cargo para presidente constitucional. Los medios de comunicación encargados de trasladarnos toda esa información más detallada de las investigaciones que ellos han realizado respecto al asunto, es algo de lo que estamos todavía pendiente de si será o no aprobado. Para lograr la reelección a presidente, se necesitaría una modificación al Artículo 187 de la Constitución Política de la República de Guatemala, el cual explica literalmente lo siguiente: “Prohibición de reelección. La persona que haya desempeñado durante cualquier tiempo el cargo de Presidente de la República por elección popular, o quien la haya ejercido por más de dos años en situación de titular, no podrá volver a desempeñarlo en ningún caso. La reelección o la prolongación del período presidencial por cualquier medio, son punibles de conformidad con la ley. El mandato que se pretenda ejercer será nulo.”
“… El mandato que se pretenda ejercer será nulo.” ¿Nulo? ¿Nulo por quién?
Así mismo el artículo 382 del Código Penal expresa lo siguiente: “Quien hiciere propaganda pública o realizare otras actividades tendientes a la reelección de la persona que ejerza la Presidencia de la República, o a cualquier otro sistema por el cual se pretenda vulnerar el principio de alternabilidad o a aumentar el término fijado por la Constitución para el ejercicio de la Presidencia de la República, será sancionado con prisión de dos a seis años y multa de doscientos a dos mil quetzales”.
Dos artículos que claramente, PROHIBEN la reelección del cargo a presidente de la república.
No hay que centrarnos solamente en la posible reelección del presidente, hay que pensar o razonar un poco más sobre la reelección de diputados y alcaldes.
El Ejecutivo, es un organismo que a mi criterio no tiene demasiado poder como lo tiene el Legislativo, y está más que claro que dentro del Legislativo se ha detenido, negado y/o aprobado la mayoría de las acciones del Ejecutivo. Como ciudadanos guatemaltecos, al parecer, le hemos heredado de por vida un curul a una persona o a varias personas dentro del congreso, mi preocupación va mas allá de analizar si en realidad benefició o no tener a un presidente por uno o mil años en el cargo; lo que realmente me preocupa, es si los diputados en verdad apoyan para el beneficio de este hermoso país, el cual me vio nacer y me vera morir. Me preocupa que diputados y alcaldes llevan varios periodos sin dejar el cargo, logrando elecciones tras elecciones, ganar una puesto en el Congreso y las llaves de una ciudad en el caso de ocupar el cargo de alcalde. Cada vez que se acercan las elecciones, la mayoría de diputados, buscan cambiar de partido político para llegar al poder, acción que no veo nada correcta y ética.
Guatemaltecos y guatemaltecas, si nos negamos a la reelección del cargo a presidente, por favor, también neguémonos a la reelección al cargo de diputado o diputada y al cargo de alcalde, porque ¿cuál es el propósito de querer estar dentro de una municipalidad o del congreso por indefinida cantidad de años? ¿Por qué no darle oportunidad a otros ciudadanos de ejercer su derecho de elegir y ser electos? y ¿por qué ese miedo de tener a un Hugo Chávez o un Fidel Castro como presidente? Cuando los tenemos a ellos dentro del Congreso de la República, donde se toman decisiones importantes, que ayudan al Ejecutivo a avanzar o estancarse; y los tenemos también dentro de las municipalidades, entidades que son encargadas de promover el desarrollo de un municipio?
Hemos visto que a pesar de los años que llevan los alcaldes en las municipalidades, el desarrollo no avanza para nuestros hermanos y hermanas de las áreas mal llamadas zonas rojas y no digamos las comunidades. Entonces, ¿dónde se ve el desarrollo? Este no puede seguir siendo utilizado como argumento para decir que con más años se podrán lograr las metas, cuando debería ser una obligación de los próximos alcaldes continuar esas obras y continuar con la promoción de desarrollo municipal, o no dejar dentro del Congreso estancadas propuestas de leyes como por ejemplo la Ley de la Juventud, Ley de Protección a Pueblos Indígenas; entre miles de iniciativas de leyes que se quedan estancadas por las interpelaciones que realizan las bancadas de oposición.
Señores diputados, señoras diputadas y señores alcaldes que llevan años de estar dentro del gobierno, ¿cuando dejarán ese cargo? Ayuden al desarrollo de este país, demuéstrenos que lo que hicieron en cuatro años lo hicieron bien y dejen en LEY, que las obras inconclusas serán prioridad del siguiente al mando, culminar al inicio de su gestión.
Y nosotros, tomemos conciencia de que en Guatemala se necesita detener TODA REELECCIÓN AL CARGO DE DIPUTADOS, ALCALDES, PRESIDENTE Y VICEPRESIDENTE para lograr una mejor sociedad y una mejor Guatemala.