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Ojo con los medios de comunicación tradicionales.
Ojo con aquellos medios que te hacen creer que todos andan pensando qué se comprarán con el dinero del Bono 14.
Ojo con los medios que te aseguran que en India, Afganistán y Japón andan haciendo cuentas sobre las quinielas ganadas por la Eurocopa.
Y ojo con los medios tradicionales que te hacen creer el país se está viniendo abajo por un problema con estudiantes de secundaria.
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No, el país no se está viniendo abajo. No, los estudiantes normalistas no son la razón por la cual este país no avanza. Veamos las cosas claras y de forma objetiva. Informémonos.
Hoy son los estudiantes de los institutos normales, mañana es el bono 14 y ayer lo fue la marcha campesina. Saturación de información sobre una misma noticia, dejando a un lado contextos, procesos y actores que llevaron a la consecución de dicha noticia. Saturación que lleva a adoptar posturas a favor o en contra de un acontecimiento, y no precisamente de un proceso. Es opinar sobre el árbol sin observar el bosque.
Lo que como guatemaltecos leemos en los medios de comunicación, especialmente derivado de los acontecimientos ocurridos en el Parque de la Industria el 02 de Julio entre la Ministra de Educación y los estudiantes normalistas, no es más que el resultado de un pésimo manejo político por parte de los gobernantes hacia la problemática con el tema de la formación inicial docente. Sí, las acciones de los estudiantes el día de ayer no fueron las mejores, son condenables, son el reflejo de una sociedad violenta y de un grupo que tampoco ha sabido aprovechar de la mejor forma sus estrategias políticas internas con las bases. Sin embargo, esto probablemente no hubiera sucedido si desde un inicio (hablamos de mayo) la Ministra de Educación y sus asesores hubieran sabido liderar y manejar políticamente la situación.
No, el país no se está viniendo abajo; pero sí, los medios de comunicación eso quieren dar a entender. Vandalismo, pseudo estudiantes, “estudiantes”, bochincheros, delincuentes. “Aquí vinieron a sabotear un grupo de delincuentes, lo siento mucho”, afirmó López Bonilla, ministro de gobernación. Los funcionarios realizan afirmaciones delicadas y peligrosas, y los medios de comunicación, lo reproducen. Lo más perverso del caso es que lo reproducen validando la afirmación. ¿Qué se logra con esto? Polarizar a la población y hacerles creer que realmente los estudiantes son delincuentes.
No, los estudiantes no son delincuentes. Actuaron de forma violenta ayer, sí. Pero eso no los hace delincuentes. Intentemos ser objetivos y formarnos un criterio propio en base a información. Los medios polarizan y saturan. Centroamérica es la región más violenta de América Latina. De acuerdo a información del CABI, Guatemala posee 34.7 homicidios por cada cien mil habitantes. La mayoría de homicidios de acuerdo al Grupo de Apoyo Mutuo se dan por armas de fuego. Pocos de estos homicidios llegan a los tribunales. De forma diaria, de acuerdo a datos de la Superintendencia de Telecomunicaciones, en el 2011 se reportaron 279 celulares robados diariamente. La mayoría de ellos con armas de fuego. Y en Guatemala, el tema de la compra y portación de armas sigue siendo tan débil, como débiles son las estrategias innovadoras de estudiantes y gobernantes para resolver la situación a la que hoy se enfrentan.
No, tomar un centro educativo no es vandalismo. Alrededor del mundo, los estudiantes en su lucha por ser escuchados, han tomado escuelas y universidades. El reto está en pensar el porqué se llegan a tomar los centros educativos. ¿Es siempre el primer recurso que se utiliza? La mayoría de veces, son de las últimas acciones que se toman, cuando el grupo no se siente representado o escuchado por parte de sus autoridades.
Tal y como afirma Carlos Aldana, doctor y pedagogo guatemalteco, el Currículo Nacional Base del país propone y estimula la formación y participación ciudadana. Eso implica hablar cuando no estoy de acuerdo con alguna situación. Eso implica tomar decisiones. Eso implica llegar a consensos. Sin embargo, cuando los estudiantes empiezan a hablar e inician un proceso de empoderamiento (por mucho que al discurso estudiantil le hagan falta argumentos, el reto está en acompañar ese crecimiento, afirma Aldana), las autoridades los reprimen y la opinión pública los sepulta. Aplaudimos a los jóvenes de Chile, España y México por salir a las calles y gritar a los cuatro vientos lo que no les parece del sistema, pero cuando lo hacen estudiantes guatemaltecos, no hacemos más que refunfuñar. Y de paso, llamarlos delincuentes.
De nuevo, no estamos hablando de lo sucedido el día de ayer. El día de ayer se recurrió a la violencia y eso es reprochable. Violencia no se resuelve con más violencia. Pero sí hablamos de la forma en que los medios han abordado la problemática. A lo largo del proceso, sí, hubo manifestaciones pacíficas. Sí, se buscó el diálogo. Estamos intentando ver el bosque, más allá del árbol. Intentemos ser objetivos y no dejarnos llevar por la corriente de los medios de comunicación tradicionales.
Fotografía: http://nauscopio.wordpress.com/2009/01/31/s-mccoy-la-crisis-necesaria-en-los-medios-de-incomunicacion-tradicionales-espanoles-ser-periodista-por-jorge-yarce/