Carlos Iván Cobos/ Opinión/
Este dos mil dieciséis se juntaron varias celebraciones deportivas que captaron la atención de todo el mundo: Copa América, la Eurocopa y en el mes de agosto estamos en plenos Juegos Olímpicos en el país que hace dos años fue sede del Mundial y la fiebre futbolística. Sí, hablamos de Brasil, para ser más precisos de Río de Janeiro, pero ¿qué es lo que es tan especial en estas justas deportivas? y ¿por qué son tan importantes para los atletas de alto rendimiento? A continuación nos pondremos un poco en contexto sobre el origen y por qué se celebran:
- Los Juegos Olímpicos modernos se inspiraron en los del siglo VIII a. C., organizados por los antiguos griegos en la ciudad de Olimpia, entre los años 776 a. C. y el 393 d. C.
- La primera edición de los llamados Juegos Olímpicos de la era moderna se llevaron a cabo en Atenas, capital de Grecia, a partir del 6 de abril de 1896.
- Desde entonces, han sido realizados cada cuatro años en diversas ciudades del mundo, siendo las únicas excepciones las ediciones de 1916, 1940 y 1944, debido al estallido de la Primera y Segunda Guerra Mundial.
Como podemos leer, los Juegos Olímpicos son bastantes antiguos, me atrevería decir que son más antiguos que el deporte rey: el fútbol. Esperar cuatro años no parece tan difícil cuando estamos en plenos Juegos Olímpicos que mueven a todo el mundo y que en algunos casos une a países a pesar de sus diferencias y discrepancias. Quizás estas justas deportivas son poco importantes para lo que hoy en día vende: el fútbol en una Eurocopa, en una Champions o en un Mundial, en el sentido de que es más rentable ver a once jugadores tras un balón que ver a un gimnasta con medalla olímpica. Pero detrás de su rostro hay desintegración familiar, problemas económicos, políticos y sociales en su país.
Lamentablemente la conciencia humana no prevalece sobre los intereses de la realidad del siglo XXI.
En ese orden de ideas, me gustaría formar mis propios Juegos Olímpicos en donde la sede sea el País de la eterna primavera. Un país donde a pesar de los problemas políticos y sociales se atrevan a invertir en construir centros deportivos, sabiendo que lo recaudado bastaría para llegar a la meta fiscal, y no habría necesidad de meter más impuestos.
- Subámonos al remo y empecemos a remar hacia la meta de la soberanía, porque en nosotros está el poder. Qué queremos, cómo lo queremos y con quién queremos sacar a nuestro país adelante, una lucha continua para no dejar que injerencias internacionales vengan a decirnos qué hacer.
- La fuerza de voluntad nos servirá para el levantamiento de nuestra institucionalidad, mientras más peso de coraje y gallardía le ponemos, más cerca de la verdadera democracia vamos a estar.
- No dejemos que nos sigan viendo la cara, debemos poner la mira y estar “ojo al cristo” con cada acción del gobierno, fiscalizar debe ser el blanco, y el resultado un país transparente e idónea en el podio del poder.
- Navegar en las aguas opulentas, contra la corriente, con juicios largos por los actos de corrupción suscitados en los últimos meses es un verdadero reto que tienen MP, OJ y CICIG. No es fácil ir primero en las regatas, cuando hay personalidades que quieren robarse el aire y no dejan respirar nuestra libertad.
- Debemos tener en mente que muchas de esas autoridades endeudan al país para construir monumentos, financiar campañas, mejorar carreteras y adjudicarse el impuesto de los ciudadanos a sus carteras, pero es momento de decir basta.