Se dice que hombre (o mujer) prevenido vale por dos, o que es mejor prevenir que lamentar. Para prevenir enfermedades, se hace ejercicio y se lleva una dieta balanceada. Para prevenir un accidente en una carretera con asfalto mojado, se maneja despacio, y para prevenir una pelea con el compañero de clase, se dialoga. Prácticamente todo en esta vida se puede prevenir: desde el mal de ojo en los bebés, hasta la concreción de un asalto; desde el acné en el adolescente, hasta un desastre natural; desde un embarazo, hasta la corrupción.

Prevención; una palabra que se escucha y se encuentra en uso en todas las áreas de vida del ser humano. La casa, el trabajo, el bar, el parque de diversiones, la Universidad. La prevención es anticiparse a los hechos, especialmente a un inconveniente o dificultad, con el fin de poder estar preparado para enfrentarlos de la mejor manera. Puede también entenderse como advertir, impedir algo, preparar o disponer con anticipación.

Cuando se piensa en seguridad, la prevención al parecer lo es todo, absolutamente todo. ¿Seguridad? Seguridad dentro del laboratorio, seguridad en la cuenta de Facebook, seguridad en caso de un terremoto, y por supuesto, seguridad al momento de un asalto o cualquier otro hecho de delincuencia común. La Universidad Rafael Landívar cree firmemente que la Universidad debe ser un espacio seguro para todos y en todos los sentidos, viviendo el concepto de seguridad integral.

Dentro del objetivo 21 del Plan Estratégico de la Universidad, sobre recursos físicos, se estable que es necesario “Desarrollar una cultura de seguridad preventiva en todos los miembros de la Comunidad Landivariana y asegurar institucional y proactivamente el resguardo de personas y bienes del sistema” (Universidad Rafael Landívar, 2010). Para ello la Dirección Administrativa trabaja en los temas de seguridad industrial, tecnológica, organizativa y operativa, y para cada una de ellas, toma en cuenta la idea de prevención .

Sin embargo, cuando se habla de seguridad, la mayoría de personas vinculan ésta únicamente con aquello vinculado a seguridad operativa, o por decirlo de otra forma, a la “inseguridad” que día a día se vive en ciudades como la nuestra. En Guatemala todavía existen, aunque cada vez más reducidos, espacios donde es posible percibir esa sensación de seguridad; y al parecer, la Universidad Rafael Landívar es uno de ellos.

Al consultarle a algunos estudiantes del Campus Central sobre el tema, la mayoría de ellos dice sentirse seguros dentro de la Universidad, aunque están conscientes que ello se debe a las medidas de seguridad que las autoridades han establecido. Y cuando se discute específicamente sobre estas medidas, muchos desconocen las razones detrás de ellas, a pesar de estar de acuerdo con las mismas, y otro gran grupo las cuestiona y pone como punto de discusión; sin embargo, todos los estudiantes pagan por esta seguridad. ¿Cómo, entonces, encontrar el punto medio? Como en toda democracia, y tomando los preceptos de ésta sobre consenso, participación ciudadana y acceso a la información, es necesario iniciar el diálogo entre autoridades y estudiantes. Poner en discusión estas problemáticas que generan tantas opiniones y puntos de vista diversos, para que como comunidad educativa aprendamos a dialogar, comprender y si fuera el caso, proponer, en búsqueda del bien común de esta pequeña sociedad de la cual todos formamos parte.

Referencia: Universidad Rafael Landívar (2010) Plan estratégico 2011-2015

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