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Nancy V. Monterrosa López/ Guatemala, Guatemala/

Guatemala es un país en el que el 70% de la población tiene menos de 29 años[1]. El acceso a la formación académica para dicho porcentaje es limitado, lo que es lamentable ya que la educación aumenta el conocimiento, estimula la inteligencia, desarrolla el raciocinio, construye el pensamiento. Por ende, quien se educa es capaz de planificar su futuro. La instrucción es indispensable para el crecimiento humano en todos los aspectos, en especial en la formación de un pensamiento  crítico, pues para ello es importante tener una base científica además de los factores anteriormente mencionados.

La verdadera instrucción que se debiera impartir en las instituciones educativas, tendría que enfocarse en el desarrollo de habilidades para formar pensadores autónomos y disciplinados, que utilicen su criterio como un recurso poderoso en la vida personal y cívica de cada uno. Un pensador crítico es inquisitivo, bien informado, confía en su razón, es de mente abierta, justo cuando se trata de evaluar, honesto para confrontar su dirección personal, prudente al emitir juicios, dispuesto a reconsiderar y reconocer sus errores. También es claro respecto a los problemas y situaciones que requieran la emisión de un juicio, ordenado cuando se enfrenta a circunstancias complejas, ágil en la búsqueda de información relevante, razonable en la selección de criterios.

Sabe enfocarse en preguntar, indagar, investigar, es perseverante en la búsqueda de resultados tan precisos como las condiciones y el problema lo requieran.

Lamentablemente en esta nación no existe por parte del Estado, un interés de formar intelectuales, no hay calidad educativa, únicamente el afán de lucro con la posibilidad económica que tienen algunos para adquirir conocimiento y entonces, los jóvenes que logran terminar sus estudios con una carrera de nivel medio, apenas y saben leer y escribir. Con base en  lo anterior no pretenderemos que posean un alto nivel analítico. Claro ejemplo de ello, es nuestro actual Presidente: más del 50% de los votantes lo elegimos, eso quiere decir que como jóvenes preferimos como gobernante a un militar que participó en un conflicto armado a cuyo bando se acusa de perpetrar más de seiscientas masacres contra civiles, quien pregonó durante su campaña proselitista que nos trataría con “mano dura”. Lo que se refleja es la intolerancia, el abuso de autoridad, violencia, etcétera.

La repetición y la memorización son medios acríticos utilizados como métodos y técnicas de estudio y es de esta manera como se “obtiene conocimiento”. Esto trae como consecuencia que los individuos se conviertan en parte de un grupo en donde, si no hay alguien que les indique qué hacer, se pierden.  En este contexto no  puede darse nada parecido al pensamiento crítico, porque  el joven que vive inmerso en este orden, lo toma como natural. Es decir, la sociedad funciona de esta manera y la juventud como parte de este grupo social lo asume como algo que no puede modificarse, pero que en algunos aspectos debiera cambiar, pero que se ignora cómo. Es aquí donde podría aparecer una interrogante, pero no una  sin importancia, sino un cuestionamiento, algo que ayude a indagar acerca de la verdad del asunto y que lleve a botar o modificar esas estructuras. Sin embargo, esta capacidad de investigar está adherida al raciocinio.

El criterio debería formarse en varios ámbitos, empezando por la familia y siguiendo en la escuela.

Dichas instituciones deberían estar enfocadas a formar una juventud que tome decisiones acertadas y  prepararla para un mejor futuro y que se convierta en un ente que contribuya a la sociedad, en lugar de ser una carga para ella.

En la actualidad el pensamiento crítico es imprescindible para el desarrollo general de la República, constituye una exigencia creciente en la tarea cotidiana de traducir la  información a conocimiento sólido y aplicable para aprender, tomar decisiones y actuar. Sin él,  seguiremos siendo manipulables  e incapaces de inferir  y cuestionar el proceder de líderes, el propósito de las noticias en los medios de comunicación, incremento de la violencia, etcétera. Por otro lado, contribuye a generar capacidades para la comprensión y el entendimiento mutuo entre las personas,  entenderse en la diversidad y la posibilidad de llegar a acuerdos entre ciudadanos que piensan diferente y aprender a mirar desde la perspectiva de otras personas. Esto suma a la convivencia democrática, la tolerancia y la resolución práctica de los conflictos.

Cultivar un modo perspicaz y juicioso de pensar nos hará asumir liderazgo en nuestra trayectoria social, también nos servirá para evitar falsos aprendizajes, evaluar la información con mayor acierto, abrir nuestra razón a nuevas consideraciones, abordar la complejidad, dar en el punto y llegar a mejores conclusiones. Cuando damos por buenas las percepciones y conclusiones de los demás, sin analizarlas previamente, estamos renunciando a nuestra plenitud de seres humanos.

Los humanos aprendemos mejor cuando nos detenemos  a reflexionar. Ser educados y hacer juicios acertados no garantiza una vida feliz,  ni exitosa en términos económicos, pero sí ofrece mayor posibilidad de que esto se logre y es definitivamente mejor que afrontar las consecuencias de tomar malas decisiones. Para transformar las realidades sociales, las personas deben ser capaces de comprender su contexto histórico, tener una conciencia crítica e independiente ante dicho entorno y actuar en consecuencia.

Todo el mundo razona, pues el pensamiento es parte de nuestra naturaleza. Pero en muchas ocasiones nuestro discurrir es arbitrario, distorsionado, parcializado, desinformado o prejuiciado. Sin embargo, tanto nuestra  vida como la calidad de lo que producimos, hacemos o construimos, depende de nuestro nivel de reflexión. La elucubración mediocre cuesta tanto en dinero como en calidad de vida. Se necesita una serie de capacidades para poder pensar críticamente. Pero también es importante  que exista una disposición general a razonar.

Cintillo PLJ



[1] Beatriz Castillo en www.fadep.org/blog/principal/demografía/datos-demográficos-de-guatemala.

Visitado en junio 2013.

Imagen: www.elblogdejavierordas.com

 

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