Rudolph Apel/ Colaboración/
El término CanSat proviene de la combinación abreviada de dos palabras en inglés: Can (lata en español) y Sat de Satellite (satélite en español). Una traducción burda sería “satélite dentro de una lata”.
Un CanSat simula a un satélite real, integrado en volumen y forma en una lata de un refresco regular. El reto para quien lo diseña y fabrica es adaptar todos los subsistemas principales que se encuentran en un satélite, como la energía, las comunicaciones, dentro de una lata de refresco. Normalmente el lanzamiento se hace por medio de un cohete o globo, los cuales se pueden lanzar a grandes altitudes; sin embargo, es común que se lancen a bajas altitudes (1-2 km) debido a los costos asociados con alturas mayores. Luego del lanzamiento, el CanSat tiene que realizar una misión determinada.
Este tipo de proyectos es realizado en varias universidades del mundo como parte de la iniciación en el campo de la ingeniería aeroespacial. La razón principal es porque permite a los estudiantes simular una misión espacial de una forma realista, y a un costo menor. Con ellos se pretende que los estudiantes puedan experimentar con proyectos complejos que no requieran de un costo tan elevado como lo son las misiones espaciales en la actualidad.
El siguiente paso a un CanSat, en magnitud, complejidad y tamaño es el CubeSat. Estos son pico-satélites de dimensiones estandarizadas (cubos de 10 cm por lado, con un peso máximo de 1 kg), que se activan mediante estaciones terrestres aficionadas. Ofrecen una experiencia práctica a los estudiantes de ingeniería aeroespacial en el diseño, desarrollo, prueba y operación, de un sistema de nave espacial con su segmento en tierra. Los CubeSats son colocados en sistemas especiales de despliegue montados en la carga útil de un cohete espacial. Estos se desplegarán en la órbita baja de la Tierra, y se espera que operaren en órbita durante un máximo de cuatro años con una pequeña estación en tierra en su respectiva universidad.
Rudolf Apel, María Sofía Gutiérrez, Nikkos Papadopolo, Alejandro Gómez y Carlos Lara, todos estudiantes de la Universidad del Valle de Guatemala, participaron con su equipo PLEYADES-UVG en el certamen internacional “CANSAT Competion“, organizado por la Sociedad Americana de Astronáutica y el Instituto Americano de Astronaútica y Aeronaútica. El objetivo del concurso, el cual se abre a universidades alrededor del mundo, era diseñar y construir un CanSat que cumpliera con los requisitos de la competencia, para luego competir entre ellos con su lanzamiento. El equipo PLEYADES-UVG quedó en el puesto 14. Aquí nos comparten un poco de su experiencia.
Rudolf Apel
Diseño del sistema de control de la velocidad de descenso final y líder del proyecto
Mi participación en el proyecto me dejó una experiencia inolvidable y sin duda invaluable. Mi parte consistió en el diseño de un sistema que disminuyera la velocidad de caída en la segunda etapa del lanzamiento. El desarrollo tomó bastante tiempo. Una de las razones fue que básicamente podía ser cualquier cosa, salvo unas restricciones que imponía la organización (Ej. no podíamos utilizar un segundo paracaídas). Recuerdo que pasé casi 2 meses pensando y definiendo ideas para el sistema. Formalmente tenía unas 4 o 5 que estaba analizando, y un día se me ocurrió espontáneamente, la idea que terminamos usando. Creo que una de las cosas que me enseñó esto es que para diseñar, muchas veces es bueno dejar la mente abierta a nuevas ideas, y no centrarse en una sola solución; intentar ver el problema desde varias perspectivas.
Además, puedo mencionar que estoy bastante satisfecho con el sistema diseñado y con el Cansat en general, pues nosotros no sabíamos cómo iban a ser los de los demás equipos y terminaron siendo bastante similares. Esto demostró que como equipo novato logramos colocarnos a la par de los más experimentados. Sin duda es algo que lo llena a uno de orgullo.
Otro aspecto que me gustaría comentar es que personalmente, me pareció una experiencia extraordinaria. No solo por el hecho de poder aplicar mis conocimientos, sino que como guatemaltecos nos da la satisfacción saber que pudimos convivir con la mayoría de equipos (incluidos los organizadores), y que sin duda se llevaron una buena impresión de Guatemala. Seguramente nos recibirán con los brazos abiertos en las próximas ediciones.
Por último, creo que también aprendimos que en Guatemala aún falta desarrollar el interés comercial en las áreas de investigación. Ya que, para llevar a cabo nuestro proyecto, tuvimos que buscar patrocinadores que se interesaranm, situación que no fue fácil. Al final, logramos que Avianca TACA, IPESA, CEMACO, Grupo Educativo del Valle y el Colegio Montessori (con quienes nos sentimos muy agradecidos), apoyaran nuestro proyecto.
Nikkos Papadopolo
Encargado del diseño del sistema de descenso principal y de estabilización
Mi experiencia con la creación de un paracaídas (utilizado para la estabilización del sistema) fue muy enriquecedora. Comencé investigando sobre las posibles opciones disponibles, hasta que con justificaciones reales pude escoger, el que yo creí, el mejor sistema conveniente para el CanSat. Fue muy interesante relacionar la teoría y cálculos (lo que se enseña en la Universidad) con lo práctico; es decir, experimentos que comprobaran que lo calculado iba a ser como se iba a comportar realmente. Otro aspecto interesante fue descubrir que el análisis aerodinámico de los paracaídas es muy complicado y muy empírico. Entre otras cosas que le puedo rescatar al proyecto, está el trabajo en grupo. Hubo momentos críticos, donde no todos estaban de acuerdo con la opinión de cierta persona, pero al final siempre había que tomar una decisión, tal y como ocurre en la vida real.
Carlos Alberto Lara Moir
Encargado del sistema de comunicaciones y el software de vuelo
La competencia en general fue una buena experiencia para todos, en mi caso me llena de orgullo poder decir que participé en una competencia de Microsatélites a nivel mundial como parte del primer equipo guatemalteco, y que a pesar de varios imprevistos, nuestro resultado fue bastante bueno. Pocas personas saben lo que hicimos y de lo que se trataba, no me refiero únicamente a Guatemala, incluso en el hotel de Abilene (donde se llevó a cabo la competencia), nos preguntaban otros huéspedes (ajenos a la competencia) el porqué de la reunión o si esta era una convención, y la mayoría al explicarles lo que hicimos se “quedaron igual”. Había que dar la explicación de nuevo.
Me di cuenta que Guatemala, en comparación con los otros países en cuanto al nivel de los programas que se enseñaron en la competencia, los circuitos y la lógica utilizada, está a un buen nivel. Nadie presentó algo que yo nunca hubiera visto, es cierto habían programas que superaban al mío por mucho, pero era la 2da o 3ra vez de ese equipo en la competencia. Y lo superaban en interfaz gráfica, la funcionalidad era la misma.
Guatemala y nosotros somos capaces, simplemente hay que fijarse una meta además de cumplirla por medio de todas las posibilidades. Creer en nosotros y la buena comunicación, fue la clave para poder lanzar nuestro Cansat. Además de la calidad de equipo con el que tuve el gusto de trabajar.
En Guatemala existen muy buenas ideas y muchos jóvenes que están trabajando en ellas. Los jóvenes de PLEYADES son un ejemplo de ello.