Sara Mux/integrante Colectivo Tik Na´oj

Hasta hace algunos días, el presidente electo Alejandro Giammattei presentó su primer informe de gobierno, sin embargo, los avances en políticas públicas enfocadas al desarrollo sostenible, se han visto mermadas por la profunda corrupción en la que se ve inmerso todo el aparato estatal.

Lamentablemente no existe una planeación estratégica, que permita a toda la población conocer sobre los planes de desarrollo sostenible, tanto a nivel local, departamental y nacional, esto solamente demuestra la carencia de una administración pública nefasta, burocrática, corrupta y poco interesada en el bienestar integral de la población, partiendo de las realidades contextuales.

La existencia de planeaciones estratégicas a largo plazo, como el Plan Nacional de Desarrollo k´atun nuestra Guatemala 2032, pareciera ser otro de tantos documentos engavetados.

Este plan establece como prioridad cinco ejes:

  1. Guatemala urbana y rural.
  2. Bienestar para la gente.
  3. Riquezas para todos y para todas.
  4. Recursos naturales para hoy y para el futuro.
  5. Estado garante de los derechos humanos y conductor del desarrollo.

Estos ejes, deberían regir todas las políticas públicas del país, orientar de esta forma el gasto público y orientar geográficamente la implementación de proyectos sostenibles. Sin embargo, existe una gran discrepancia en la realidad de la gestión y administración pública, porque nada de esto es llevado a cabo en la práctica con los enfoques pertinentes, como el seguimiento, monitoreo y evaluación, que son imprescindibles para una administración eficiente y eficaz.

Hasta el momento existen pocas o nulas políticas públicas que estén enfocadas a la juventud, mujeres y pueblos indígenas, a pesar de ser estas las poblaciones más vulneradas de este país, donde el clasismo, racismo, pobreza, desempleo, analfabetismo y la violencia de género en todas sus manifestaciones, han absorbido a esta sociedad marcada con grandes problemas sociales y estructurales.

Mientras más vigilantes, mayor informados y mejor organizados estemos, podemos poner de rodillas a aquellos que han saqueado, corrompido y enriquecido ilícitamente por la mala administración y gestión pública y que ha influido en toda la población por no contar con una vida digna, que garantice gozar de los derechos y sobre todo de ser libres de violencia en todas sus manifestaciones. Los cambios profundos se pueden gestar cuando estemos conscientes del gran papel que jugamos como sociedad, ante este tipo de estado que ha imperado en el país.

 

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