Arnold Arreaga/
Mis papas vivieron el terremoto de 1976 en 2 lugares distintos ( en Sanarate, El Progreso y en la Ciudad de Guatemala) y si comparamos sus historias con las de otras personas que vivieron esos momentos, una de las cosas en común que vas a escuchar es “mi casa se cayó” o “parte de mi casa se cayó”. Este evento verdaderamente devastador provocó aproximadamente 23 mil muertes, 66 mil heridos y un poco mas de 1 millón de damnificados.
Ayer pudimos experimentar un movimiento telúrico que fue parecido en magnitud al del terremoto del ’76, aquel fue de 7,5 grados con epicentro en Los Amates, Izabal (160km al noreste de la ciudad) y el de ayer fue de de 8,1 grados con epicentro en las costas de Chiapas, México (346km al suroeste de la ciudad).
Si esto fuera poco, el sismo del jueves en la noche duró un poco mas de 90 segundos, siendo uno de los más largos en la historia del país.
Un catedrático de la Facultad de Ingeniería nos contaba que luego del terremoto del ’76, podías recorrer todos los municipios del país y lo que podías ver eran únicamente escombros -como la mayoría de ustedes saben, la casas antes se construían de bloques de adobe-, a excepción de algunas casitas que soportaron este evento, llamadas comúnmente “casas de block”, pero que su nombre correcto es casas de mampostería reforzada.
El cimiento de estas casas de adobe era una zanja llena de rocas unidas con argamasa (cal, arcilla, paja y agua, en las áreas rurales también le agregaban excremento de vaca. Si, excremento.), y luego se iniciaba con el levantado de bloques de adobe, que su único refuerzo era poner alambre de amarre horizontal y vertical en las esquinas de muros.
Era de esperarse que el terremoto del ’76 destruyera las casas de nuestros ancestros como una galleta.
Luego de esto, la ingeniería guatemalteca ha implementado nuevos sistemas constructivos, el más común es el de mampostería reforzada (que consta de bloques de piedra pomez combinado con columnas y soleras), pero esto no quiere decir que el block sea el único sismo-resistente y seguro. Como es lógico, la investigación y desarrollo en la construcción han descubierto nuevas formas de construir casas seguras: casas de superblock (bloques de ladrillo de alta resistencia), casas de electropanel (malla con duroport de alta densidad), casas tipo cajón (o casas de concreto), entre muchas opciones.
Es impresionante saber que a partir del dolor, sufrimiento y pérdida de nuestros ancestros, podemos tener en la actualidad viviendas más seguras para soportar un evento como el de ayer y así, evitar consecuencias nefastas como la del ’76.