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Pamela Avilés / Opinión /

Dada la coyuntura política de Guatemala durante este 2015 los guatemaltecos nos hemos enfocado en una sola cosa: corrupción, corrupción y más corrupción. Mientras todos estamos tratando de fiscalizar a los políticos que han estafado al pueblo de Guatemala, se nos olvidó darle importancia al proyecto de presupuesto 2016, que se buscará aprobar antes del 30 de noviembre de este año. Eso del presupuesto, análisis económico, números “aquí y allá”, parece tedioso y aburrido, pero denme la oportunidad de hacerlos sentirse ofendidos una vez más por las decisiones políticas del país.

En el ejercicio fiscal 2016 se pretende que el presupuesto asignado al Ministerio de Educación aumente, mientras que el del Ministerio de Salud disminuya.  A grandes rasgos y con números “fáciles de entender”, el MINIEDUC para el 2015 tenía un presupuesto de 12,300 millones de quetzales y para el 2016 se pretende que aumente a 12,900 millones de quetzales, es decir 600 millones de quetzales adicionales. Yo no tendría ninguna objeción si este aumento presupuestario fuera para mejorar la infraestructura de las escuelas o brindar mejores refacciones y material didáctico a los niños, pero… ¡no! Este monto adicional es para ¡¡adivinen!! Si, para pagarle a los maestros el incremento de 12% salarial que negociaron en un pacto colectivo, a través del sindicato y al personal administrativo del ministerio, quienes através de un acuerdo gubernativo se beneficiaron con un “bono de reajuste salarial”  del 12% mensual.

(…) el presupuesto del Ministerio de Educación se incrementa principalmente en el tema de remuneraciones, derivado de los compromisos adquiridos por la institución y el Sindicato de Trabajadores de la Educación, con la firma del Pacto Colectivo y la actualización en el escalafón de los maestros. (Ejercicio Fiscal 2016, MINFIN)

En el sector privado cuando a un empleado le aumentan su salario, ¿por qué se lo aumentan? Eficiencia, ¿no? Es decir a un empleado se le aumenta salario en base a que tan productivo es para la empresa. Pero el Ministerio de Educación aumenta los salarios a los maestros y personal administrativo no para aumentar la calidad educativa de nuestros niños sino para evitarse tensiones con el sindicato. Digo, ¿quien quiere ser responsable de una manifestación masiva de maestros que exigen un aumento salarial?

Lo más triste del caso es que el aumento salarial de los maestros no es únicamente ese 12% que corresponde al año 2015. El aumento salarial fue de un 8% en el año 2012, de un 10% en el año 2014 y finalmente el 12% en el 2015, del salario base. Para darnos una idea: Juanito ganaba Q2,000.oo para el año 2011, con la aprobación del pacto colectivo su salario fue para el año 2015 de Q2,600.00, es decir que su salario aumento Q600.00. En este sentido, lo más irónico es que la educación en Guatemala sigue siendo de muy mala calidad y los salarios son cada vez más altos.

Para que se espanten un poco más y vean lo grave que es la situación. Si se aprueba el presupuesto 2016, el Ministerio de Educación tendrá a su disposición (en números enteros) 12,900 millones de quetzales de los cuales 10,500 serán destinado a salarios y sólo 2,400 millones de quetzales están destinados para el material didáctico y refacciones para los niños que van a la escuelas.

Ahora bien, ¿qué tiene que ver esto con el Ministerio de Salud? Tiene que ver porque, este año hemos sido bombardeados por los medios de comunicación con noticias que señalan la falta de insumos en los hospitales, ergo nuestros conciudadanos que dependen del sistema de salud pública tienen que vivir -literalmente- en una situación de vida o muerte, porque no hay recursos para comprar los insumos que se necesitan. ¡Y a pesar de esto quiere reducirse el presupuesto del Ministerio de Salud en aproximadamente 120 millones de quetzales! ¡QUÉ IRÓNICO!

Un último susto, ¿Sabían ustedes que en cuanto a los ingresos tributarios del Estado el 99% de los mismos ya están comprometidos? Es decir que el 99% de los ingresos del Estado -en impuestos- se utiliza para pagar pactos colectivos y obligaciones del tesoro como por ejemplo la USAC.

En otras palabras, estamos mal. El Estado  ha comprometido los recursos dando beneficios que no puede sostener. Tenemos un Estado que además de ser corrupto,  no tiene ingresos para invertir en políticas y programas públicos en beneficio de la población porque se ha empeñado en verse a sí mismo como un botín para enriquecerse y no como un garante del bienestar común. En un sentido dramático la lógica que se sigue será: que los maestros que conforman el sindicato estén bien pagados, pero sin alumnos a quienes darles clase porque estos al enfermarse se mueren en un hospital que no puede atenderlos por falta de insumos… porque claro, no tienen presupuesto destinado para la compra de los mismos.

Hay 14 pactos colectivos que el Estado sigue manteniendo, imaginémos que conociéramos a profundidad cada uno de ellos, estoy segura que el Estado de Guatemala y su funcionamiento nos provocaría lo mismo que una película de terror. Reitero que debemos poner atención al proyecto de presupuesto 2016 y con la misma fuerza que pedimos cambios al sistema político, pedir al Estado de Guatemala que deje de enriquecerse a costa del pueblo, que entienda lo nocivos que pueden ser los pactos colectivos de no ser tratados con el debido conocimiento a corto y largo plazo y que empiece a proveer servicios básicos al menos decentes.

Pero el verdadero problema es, ¿quién quiere renunciar a un aumento salarial cada año?

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