El alcoholismo deja a las personas con una autoestima muy baja, con una poca valoración de sí mismas, temerosas, con incapacidad para tomar decisiones entre otras cosas. Acostumbradas muchas veces al maltrato verbal, mental y también físico.

El programa de Al-Anon me devolvió un poco de   mí misma y  me enseñó y continua enseñándome en que debo cuidarme, quererme y protegerme.

Que no puedo hacerme cargo de otras personas si primero no lo he hecho conmigo.  Lo contrario solo me traería mucho desgaste y no tendría nada bueno que ofrecer.

Me quedaría sin nada. Además he aprendido y comprendido a respetar las decisiones de los demás, no es que no me importe pero  todos somos libres de tomar nuestras propias decisiones, no debo interponerme por mucho que no me parezca, debo respetar su derecho de elegir. Al igual que ellos respetan el mío.

Fue sorprendente darme cuenta, de qué manera me había faltado, las cosas que había permitido, las que había hecho y las que había complicado.

Viniendo de un lugar disfuncional  esto era tan familiar para mí, ya que había crecido pensando en que vivir mal era lo normal, los conflictos a la orden del día y  trastocar los roles eran la guinda que coronaba todo este pastel. Luego me caso con mi ser querido alcohólico, y de una manera inconsciente, le escojo justo para que de la talla y siga perpetuando mi disfuncionalidad.

Mediante el Programa de Doce Pasosasos yo encontré y sigo encontrando respuestas a mi persona, trabajando muy duro para obtenerlas, utilizando herramientas como: aplicar un inventario sin temor y sincero para descubrir lo que realmente soy hoy, qué situaciones o circunstancias modificaron mi carácter y personalidad, de esta manera encuentro  mis virtudes y mis defectos.

Solía pensar que no tenía ninguna virtud y ninguna aptitud para realizar ninguna tarea.  Tenía un terrible miedo, crecí con la mentalidad que las cosas debían hacerse bien o mejor no se hacían. Así que equivocarse era mortal. Tenía que ser perfecta la niña buena, la bonita, la obediente, la que no contradice, la que debía cuidar de su hermana menor, sin oponerme, sin emitir ninguna queja, sin expresar mi opinión.

Mi historia  me da idea de por qué hago lo que hago, que hay una historia detrás de mí y que me ha formado de la manera  como soy hoy.  Me ha facilitado mi aprendizaje acerca de ella, al igual que me ha ayudado a tener compasión  hacia mí y hacia mis actos pasados, me ha mostrado la diferencia de lo que es ser culpable y ser responsable.

Hice lo mejor que pude en la situación en que me encontraba, la examino con amor, la suelto y me sirve de referencia y ya no de residencia, para no seguir cometiéndola ya que ahora ya cuento con un Programa y sus herramientas.

Con la ayuda de mis amigos Al-Anón que respondieron cariñosamente a mis llamadas escuchándome con tanta paciencia, llegué a comprenderlo.

No  debo culparme o deteriorar una imagen ya dañada. Al-Anón me permite observarme tal como soy.  Orientarme por rumbos más positivos y saber a dónde dirigirme.

Por supuesto que esto ha calmado y eliminado parcialmente mis miedos, pues ahora sé hasta dónde soy capaz y hasta dónde debo detenerme, aunque en algunas veces el miedo de apodera de mí pero a pesar de eso yo sigo adelante y realizo la tarea que me fuera asignada. Es un verdadero reto;  ya que mi mente me dice que no lo haga que haré el ridículo, que no podré expresarme adecuadamente, mi Poder Superior  gana y me dice, tenemos miedo pero lo lograremos estoy aquí contigo y te acompañaré.

Debo trabajar con mucho empeño para lograr vencer el miedo o a lo mejor jamás lo logre vencer.  Pero estoy dispuesta a hacer la parte que me corresponde y soltar el resto. Al-Anón se ha convertido en una filosofía para mí, un estilo de vida.  Las reuniones de grupo han cobrado mucha importancia para mi persona, de eso depende mi bienestar y serenidad.  Entiendo que este Programa no me ha hecho perfecta y nunca lo hará, soy humana, pero me ayuda a ser una mejor ser humano que progresa para convertirse en esa persona maravillosa que estoy destinada a ser a pesar de las circunstancias.

Compartir