Alejandro Rivera / Ciudad de Guatemala Sustentable /
La realidad es que no sabemos a ciencia cierta cuántos asentamientos marginales hay en Ciudad de Guatemala, pero sí sabemos que hay muchos y que están muy desatendidos. Según datos de la Municipalidad de Guatemala existen 586 asentamientos registrados en el departamento de Guatemala, principalmente en las zonas 18, 7 y 6; sin embargo, es de conocimiento general que hay otros que hasta la fecha existen en el anonimato. Es por esto que aplaudimos los esfuerzos que actualmente realiza TECHO Guatemala, con el apoyo de varias instituciones, por mapearlos y caracterizarlos. En esta época en la que se discuten y revisan los planes municipales, que no se nos olviden los más olvidados.
Los asentamientos marginales o informales se caracterizan por la falta de servicios básicos como electricidad, agua y alcantarillado, así como también por irregularidades legales en la tenencia de la tierra.
Dicha problemática está estrechamente vinculada con el crecimiento poblacional de las ciudades y con el déficit habitacional de las mismas. En Guatemala el déficit de vivienda supera el millón 200 mil unidades, entre personas que carecen completamente de una vivienda y aquellas que, si bien tienen una, no cumple con las condiciones mínimas para vivir de una manera digna en ella.
Hoy en día, que ya somos más los guatemaltecos viviendo en áreas urbanas que rurales, se vuelve más importante que nunca dirigir esfuerzos honestos y serios para solucionar la problemática de los asentamientos marginales. Nuestras ciudades siguen creciendo y es necesario crear las condiciones para que tanto sus actuales como sus futuros residentes tengan acceso a servicios básicos. Esto representa un desafío enorme de planificación por parte de las autoridades municipales, pero es un desafío obligatorio e ineludible si queremos caminar hacia la creación de ciudades más prósperas, responsables e inclusivas.
Los retos son incuestionablemente complejos. Por ejemplo, los asentamientos tienden a estar ubicados en zonas de alto riesgo y vulnerabilidad ante eventos climatológicos o sísmicos, dificultando la tarea de provisión de infraestructura segura. Además, dado su frecuente estado de ilegalidad con respecto a la tenencia y ocupación de tierra, muchos asentamientos prefieren permanecer fuera del radar de las autoridades municipales para evitar un posible desalojo. Esto impide que haya colaboración entre ellos.
La exclusión social y económica causada por las condiciones precarias en las que viven sus habitantes, les impide salir del círculo de pobreza en el que se encuentran. Sin embargo, creo que a través de políticas públicas integrales, de la mano de una buena organización y liderazgo dentro de los mismos asentamientos, se puede mejorar significativamente las condiciones de vida de los mismos.
El compromiso político debe ser a largo plazo. Es tiempo de que el gobierno incentive el desarrollo de vivienda social en el país y que fomente políticas que permitan facilitar y abaratar la adquisición de una vivienda digna, ya que el crecimiento económico no lleva automáticamente a la mejora y disminución de los asentamientos marginales.
Antes de impulsar cualquier tipo de reforma es indispensable conocer y comprender la realidad y necesidades de los asentamientos.
Es por esto que el Proyecto del Censo de Asentamientos que TECHO Guatemala publicará durante el primer semestre del próximo año es tan importante. Esperamos que este informe sea el primer paso para impulsar proyectos y políticas públicas efectivas, que mejoren la realidad de los asentamientos y sus habitantes, y así eviten que más generaciones vivan en las mismas condiciones.