¡Será famoso….una leyenda….no me sorprendería que el día de hoy fuera conocido en el futuro como el día de Harry Potter! Escribirán libros sobre Harry…. Todos los niños del mundo conocerán su nombre.”

En una pequeña alacena debajo de las escaleras, un niño con una cicatriz abre los ojos, le toca vivir día a día sin rumbo, soportando insultos y abusos de sus tíos y primo; pero un día todo cambia, un gigante viene por él y le muestra la entrada a un mundo maravilloso: su verdadero hogar. Crecer sufriendo, llorando, peleando y aun así mejor de lo que estaría en el mundo de afuera; enfrenta peligros mortales, pero hay risas, sonrisas, pequeñas alegrías, y encuentra, al menos, un consuelo en ese lugar lleno de magia que le hace soportarlo todo.

A su lado, infaltables, el niño pelirrojo, visto como uno más del montón, con los legados de su familia sobre sus hombros, siendo confundido con sus hermanos y aunque amado, subestimado. Pero es más que “el amigo del héroe”, porque si algo ha demostrado, es que una amistad auténtica es lo más valioso que se puede brindar. Y por supuesto, la niña del cabello castaño alborotado; tachada de sabelotodo, ansiosa y perfeccionista, más su conocimiento, lealtad y gran corazón son imprescindibles para sobrevivir.

Juntos, los tres, saltan de página en página, creciendo, tropezando, peleando, como todo adolescente, pero siempre hacia adelante, sufriendo en una línea, pero mostrando increíble valentía en la siguiente; lidiando con amenazas de todo tipo: desde compañeros terribles hasta arañas gigantes, enemigos prácticamente inmortales y sus propios demonios interiores. Aumentan las páginas de los tomos con los años y las palabras se hacen cada vez más oscuras, pero al final…hay un hilo de luz en la estación de tren: hay amor, amistad, humanidad.

Fuera de las páginas, los niños devoran cada volumen y se enamoran de los personajes, lloran con ellos, ríen con ellos, se entristecen y alegran con ellos. Una niña llena las paredes de su cuarto con pósteres de las películas, se crean páginas web y canciones en su honor, películas, obras de teatro y parques temáticos; pero sobretodo, encuentran un hogar; encontramos un hogar, porque sin Harry, sin Harry probablemente yo no estaría aquí.

Es más que “el niño que vivió”, es el niño que nos hizo vivir, no, sobrevivir.

De esa niña de diez años maravillándose con cada página a la joven de veinticinco escribiendo ahora este documento furtivamente, hay muchas cosas que han cambiado, muchas pequeñas y grandes tragedias, pero cosas buenas también. No obstante, la constante, lo que se ha mantenido y ayudado a mantenerme, por y para siempre, Harry.

El primer libro cumplió este año 20 años de publicación y nuevas generaciones lo siguen leyendo, aunque Hollywood le encanta convertirlo en negocio, la realidad es que más que consumirse, se vive; porque a un fan no le gusta Harry Potter, vive Harry Potter. Ha sido un verdadero privilegio el poder crecer junto a Harry, Ron y Hermione.

Gracias Harry, gracias J.K. Rowling y vamos por otros 20, 50, 100 años más.

 

Whether you come back by page or by the big screen, Hogwarts will always be there to welcome you home. [Ya sea que vuelvan a través de las páginas o la pantalla grande, Hogwarts siempre estará ahí para darte la bienvenida a casa.] – J.K. Rowling

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