Por Gabriela Carrera
Muchos de nosotros no sabemos qué hay más allá del campus central de la Universidad Rafael Landívar. ¿Conocemos, por ejemplo, que existen otros landivarianos que reciben clases en varias partes de Guatemala? ¿Qué hay campus y sedes regionales de la URL? Yo me pregunté por qué los campus de Alta Verapaz, Zacapa y Huehuetenango se llaman de esa manera, y descubrí que es otro legado de la tradición jesuita. Les comparto los datos encontrados.
San Pedro Claver S.J., como se llama el campus de Alta Verapaz, vio la luz por primera vez en junio de 1580, en España. Sintió el llamado de la Compañía de Jesús cuando estaba en el colegio. Sin embargo, en ese establecimiento todos los profesores dudaban de su vocación. Ya como sacerdote, viajó a Colombia para que los esclavos africanos conocieran a Dios, y por tal motivo, tenía la consigna: “Pedro Claver, esclavo de los negros, para siempre”. Murió en 1654.
San Roque González de Santa Cruz S.J., es el nombre del campus de Huehuetenango. Este personaje nació en 1576, en la colonia española de Río de la Plata, lo que hoy conocemos como Perú, en una familia de mucho dinero y noble linaje. Fue ordenado como padre jesuita a los 22 años, por un pariente de San Ignacio de Loyola. Llevó mensajes de esperanza a diferentes ciudades. En 1628, fue asesinado y arrojado a la hoguera, junto con otros misioneros. Pero su cuerpo no fue consumido por el fuego. Es Santo desde 1988, y es el patrón, junto con San Pedro Claver S.J., de las misiones.
En Zacapa se localiza el campus Luis Gonzaga S.J., el patrono de la juventud cristiana. Nació en Lombardia, Italia, el 9 de marzo de 1568. Su papá era soldado y lo llevaba a cada una de sus expediciones. Cuando era niño, Luis encabezaba las filas, al momento de marchar. Cuenta la historia que de los soldados aprendió tres cosas: a ser valiente, a luchar por los ideales y el mal vocabulario. A sus 7 años sintió el llamado de Dios. Al igual que San Ignacio de Loyola, se enfermó y esto le permitió leer libros religiosos. Al recuperarse, se dedicó a enseñar el catecismo, pero también ayunaba tres días a la semana y se azotaba con el látigo de su perro. Pero fue hasta en 1585, después de haber escuchado una voz en el cielo, que ingresó a la Compañía de Jesús. Murió a los 23 años, luego de grandes sacrificios.
Esta fue la historia de tres padres jesuitas que nos comprometen a vivir mejor y seguir su ejemplo: a ser esclavos de los que son presos de las injusticias, a construir ciudades en parajes olvidados, y a no atarnos a los privilegios y comodidades.