Liza Noriega/
Convertirse en maestro en Guatemala implica mucho más allá de una vocación. Hasta antes del 2013, se tomaba la decisión a los 15 años y tres años después, el Ministerio de Educación acreditaba a los valientes estudiantes como maestros de educación preprimaria o primaria, y estos podían empezar a ejercer la profesión. Hoy, la decisión se continúa tomando a los 15 años pero el camino es un poco más largo. Se debe estudiar dos años de bachillerato en educación y luego inscribirse en uno de los diferentes programas que ofrece la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC). Con la nueva estructura se necesitan 5 años para empezar a ejercer como profesor.
El 2015 fue el primer año que la USAC recibió estudiantes para formarlos como futuros profesores de acuerdo a la nueva modalidad. El programa oficial arrancó en 2013 y en 2014 se graduó la primera promoción de bachilleres en ciencias y letras con orientación en educación. De acuerdo a datos oficiales, 9,669 estudiantes graduandos se encontraban inscritos en el bachillerato para el año 2014. De estos, los medios de comunicación registraron que únicamente 3,621 estudiantes se graduaron, siendo ellos la primera promoción en bachilleres de educación.
Es decir, más de 6,000 estudiantes no lograron graduarse, lo cual se traduce al 62% de los inscritos.
Es claro que existe una amplia disparidad entre el número de estudiantes inscritos y aquellos graduados. Y a pesar de ello, no todos los graduados se lograron inscribir en alguno de los profesorados que ofrece la universidad estatal. De los 3,261 estudiantes graduados del Bachillerato en Ciencias y Letras con orientación en Educación, 2,043 alumnos se inscribieron en el 2015 en los diferentes programas de formación inicial docente de USAC. Una diferencia de 1,281 estudiantes. De estos, valdría la pena preguntarse: ¿cuántos lograrán completar su formación en los años establecidos? ¿Cuántos se lograrán graduar en 2017?
Pareciera que los números van decreciendo conforme los estudiantes van avanzando en el proceso de formación: de los inscritos en quinto bachillerato a los graduados, de los graduados a los inscritos a nivel universitario, y de estos a los que finalmente se logren graduar como profesores con título universitario en 2017. Es evidente que la estrategia metodológica y pedagógica del MINEDUC para captar y mantener interesados a los futuros profesores se debe evaluar, ya que algo parece estar fallando.
De acuerdo a Mónica Salazar, investigadora en temas de educación del Instituto de Investigación y Proyección sobre Dinámicas Globales y Territoriales (IDGT) de la Universidad Rafael Landívar, pareciera que la demanda por el tema de los profesorados ha disminuido, especialmente en las áreas rurales y departamentos del país; sin embargo, para ella esto no es novedad. Tomando en cuenta que únicamente 8% de la población total en edad de asistir a la educación superior lo hace, y que de esta apenas un 11% es población indígena y un 10% población del área rural, Salazar cuestiona cómo el elevar a nivel superior la formación inicial docente cambiaría estos datos drásticos sobre el acceso a la educación superior en el país, especialmente cuando la mayoría de jóvenes que estudian en la escuelas normales son estudiantes indígenas del área rural.
Es decir, si antes no lo hacían por motivos diversos, ahora únicamente porque el nivel superior es el requerido para ser docente, tampoco hará que estas poblaciones empiecen a asistir.
De acuerdo a Salazar, el tema económico podría ser un elemento clave para comprender la deserción y poca afluencia de estudiantes en el programa, especialmente si se compara con los 20,000 estudiantes que se graduaban de las escuelas normales previo a la reestructuración del año 2013. Muchos jóvenes optaban a las carreras de magisterio por el tema económico, ya que les permitía poder trabajar después de tres años de formación a nivel diversificado. Por ello, es posible que como joven ahora se empiece a buscar otras opciones como migrar o emplearse en el trabajo informal, y ya no se logre completar los estudios.
Si a este panorama se suma que existe una única universidad pública que está desbordada en cuanto a estudiantes, presupuesto y demanda, y que una universidad privada para muchos no es una opción, se podría empezar a comprender el porqué de la evidente baja en la permanencia del programa. Sin embargo, y a pesar de ello, existe todavía un grupo considerable de estudiantes que se encuentran esforzándose y estudiando para completar los tres años de formación universitaria que la carrera les exige. Y ellos, ¿dónde se encuentran?
Profesorados en USAC
El MINEDUC y la USAC firmaron un convenio el 8 de octubre del año 2013, para hacer efectiva la transición de la formación inicial docente a nivel superior. La formación de los docentes quedó establecida de la siguiente manera: aquellos estudiantes que deseen estudiar para formarse como profesores de educación primaria, estudiarán el Bachillerato en Ciencias y Letras con orientación en educación por dos años, en los institutos públicos o privados que lo ofrezcan. Aquellos que deseen continuar sus estudios a nivel superior, acudirán por tres años a la USAC, a formarse para obtener un título de pregrado como profesor de educación primaria en diferentes áreas.
En este convenio quedaron establecidos los profesorados que se ofrecerían. Si usted se gradúa del bachillerato en educación, tiene la posibilidad de continuar estudiando 5 profesorados en la USAC:
La organización de los 5 profesorados dentro de la universidad estatal se realiza de la siguiente manera: Si decide estudiar el profesorado en Educación Primaria Intercultural o el profesorado en Expresión Artística, debe acudir a la Facultad de Humanidades, ya que es la facultad quien imparte estos profesorados. En cambio, si su deseo es estudiar el profesorado en Productividad y Desarrollo, podrá recibirlos es la Escuela de Formación de Profesores de Enseñanza Media –EFPEM-. Finalmente, si su inclinación resulta ser para formarse como profesor de educación física, quien imparte esa carrera es la Escuela de Ciencia y Tecnología de Actividad Física y El Deporte –ECTAFIDE. Todas unidades académicas dentro de la USAC. Y si usted se encuentra en los departamentos y áreas urbanas del país, deberá acercarse a los centros universitarios regionales y ver qué carreras se encuentran ofreciendo en cada departamento, ya que no en todos se imparten los cinco profesorados.
Además de establecer los profesorados a impartir, el acuerdo firmado regula que el MINEDUC trasladará a la USAC recursos financieros específicos por alumno, para que la universidad pueda ofrecer las carreras y cubrir los costos de la administración de docentes, contratación de docentes, infraestructura, equipo, mobiliario, entre otros. Actualmente, la universidad estatal recibe un monto de Q8,800 anuales por estudiante. En el año 2015 se encontraban inscritos 2043 estudiantes en los diferentes profesorados, lo cual ascendía a una suma de Q17,978,400 anuales que el Ministerio de Educación debía transferir a la USAC. De acuerdo a Danilo López, actual director de EFPEM, la mayor dificultad que han encontrado en esta nueva reestructura es el tema de los recursos, ya que estos son utilizados para salarios de docentes y generalmente existen atrasos en estas transferencias.
La USAC implementa los profesorados con pocos alumnos y atrasos en las transferencias monetarias.
El año 2017 será un año clave para evaluar el programa de formación inicial docente que la administración de Otto Pérez Molina, con Cynthia del Aguila como Ministra de Educación tanto insistieron en implementar, ya que ese será el año en el cual debería de finalizar la universidad la primera promoción. El programa inició a funcionar con deficiencias de orden organizativo y por ello, a tres años de haber iniciado, los datos podrían arrojar información importante a evaluar, para mejorar. Desde la graduación de los estudiantes inscritos en el bachillerato hasta la oferta académica de la USAC, pasando por temas administrativos como la transferencia monetaria de una entidad a otra, es evidente que convertirse en maestro en Guatemala no es para nada una tarea sencilla. ¿Quién se preocupa por evaluar esta nueva modalidad de formación docente? ¿Quién nos dice que la decisión tomada fue la mejor?
Imagen: Plaza Pública