Atravesamos un proceso bastante diferente para todos nosotros, existen días que parecen ser más críticos que otros y es que la cuarentena y el distanciamiento social han despertado distintos sentimientos que no habíamos experimentado. 

Cuando inició el toque de queda para todos, fue difícil cambiar de rutina. Desde ese día ya no podíamos salir de nuestras casas después de las cuatro de la tarde y además, durante las mañanas como responsables ciudadanos debíamos acatar la orden de quedarnos en casa, por salud y por ser lo más sensato para todos nosotros. El tiempo no se ha detenido y estamos llegando a dos meses de toque de queda, parece mentira pero es cierto, ¡Dos meces!, hace dos meses que dejamos la vida pasada y comenzamos una nueva, un nuevo experimento para nosotros pero que es obligatorio para cuidarnos a nosotros y a las personas a quienes les tenemos un enorme cariño, nuestras familias. 

El ser humano se caracteriza por olvidar y pensar que la rutina diaria no tiene beneficios, y enfoca su energía en conseguir cada día más sus metas haciéndole caer una venda sobre sus ojos de la eterna gratitud que debería de agradecer al ser supremo en el que crea, o simplemente a la naturaleza. Atrás quedaron todos esos recuerdos de cada uno de nosotros compartiendo con los demás, y hoy anhelamos más que nunca poder regresar a la vida normal, ¡sí!, la de antes, incluso algunos extrañan manejar su automóvil por la ciudad escuchando su música favorita, pero más allá de todo, eso es lo que sentimos por “libertad”. Hoy nuestra libertad está detenida y aunque el tiempo sigue su curso, debemos de hacer caso a la más grande de las virtudes del ser humano, la paciencia. 

La paciencia ahora es una de nuestras mejores aliadas, con ella calmamos las ansias de comernos al mundo como dicen muchos, o simplemente calmamos las ansias de hacer lo que deseamos en ese momento de desesperación. 

El distanciamiento por el momento es nuestra arma más fuerte como seres humanos, los abrazos, los saludos y demás han quedado atrás, por ahora lo más importante es mantenernos al margen y cumplir con todas las disposiciones del gobierno, ser ciudadanos responsables y así cuidarnos del virus que llego al mundo para quedarse. No parece que exista una salida rápida ante la situación en la que estamos, la inmunidad ante la enfermedad es una idea bastante absurda incluyendo millones de muertes, la vacuna parece ser que va a demorar mucho tiempo, quizá unos doce meses o más según los científicos, y los fármacos para combatir el COVID-19, en conjunto con nuestro sistema parece que fuera lo más cercano, diariamente vemos que aparecen noticias de diferentes periódicos del mundo intentando dar una luz ante la cruel tormenta que amenaza la humanidad, pero al final de las notas periodísticas solamente existe un suspiro, pues prácticamente todo eso es únicamente un simple experimento y nada concreto. Por ahora tocará seguir esperando y cuidarnos en conjunto, tratar de ayudar a los más vulnerables económicamente y hacer todo lo que está en nuestras manos para salir delante de este escenario al cual nunca nos habíamos enfrentado. 

Compartir