Mayarí Mazariegos / Corresponsal /

Recuerdo muy bien el momento hace ya varios meses cuando se estrenó la película de “Rio” en Guatemala. Varios de mis amigos sugerían ir a verla, sin embargo a mi nunca me llamó la atención y no me agradaba la idea de pasar una hora y media de vida viendo las aventuras de un pájaro azul intentando volar por Río de Janeiro.  En ese momento lejos estaría de imaginarme que en unos meses me convertiría en una especie de “Blu” al ir a concursar junto a dos compañeras a una competencia de simulación de casos Moot Courts en materia de Derechos Humanos y Desarrollo Autosostenible en Río de Janeiro.

Fue en enero cuando nos dieron la noticia de que éramos el equipo seleccionado para representar a la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Rafael Landívar en esta maravillosa competencia en Río de Janeiro y desde ese momento empezó nuestra preparación con la defensa del ficticio “Estado de Tamoio” en dicho caso.

Luego de dos meses llegó el 27 de febrero, día de abordar un avión y partir a la ciudad de Río de Janeiro en Brasil, donde tuvimos la oportunidad de representar a nuestra Facultad en dos rondas orales, tanto desempeñando el papel de Estado, como el papel de Representantes de las Víctimas. ¡Fue sin lugar a dudas una experiencia inigualable! Esto, debido a que nos encontramos frente a jueces que han desempeñado su papel en competencias importantísimas como la de la American University y que incluso han trabajado directamente en la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

Un aspecto de importante mención es el idioma de los concursantes, ya que se encontraban en la competencia representantes de universidades tanto de Brasil, como de Argentina, Colombia, Estados Unidos y otros. Por lo tanto, la competencia se impartió en tres distintos idiomas simultáneamente, siendo estos el español, el ingles y el portugués. El lenguaje no fue una barrera en la comunicación, al contrario fue un elemento enriquecedor que aportó muchísimo al crecimiento personal de cada uno de los estudiantes. Muchos no conocíamos una sola palabra en portugués, y muchos portugueses no conocían una sola palabra en inglés, por lo que fue bastante común notar que habían conversaciones en las que reinaba el “Spanglish”, el “Portoñol” y el “Portuinglish” como idiomas oficiales.

Nuestros amigos brasileños fueron personas sumamente cordiales y hospitalarias en su país, llevándonos a conocer los lugares más importantes de Río de Janeiro en el poco tiempo que teníamos disponible, además de introducirnos a la increíble comida brasileña, dándonos millones de sagadosy pan de queso.

Como equipo también aportamos mucho a los participantes; no puedo olvidar el rostro de mi buen amigo Ramón (Jamón en portugués) cuando me confesó que antes de conocerme no tenia idea de lo que era Guatemala o lo que sucedía en el país y mucho menos había considerado aprender a hablar español.  Sin embargo al despedirnos me comentó que una de las principales cosas que haría al regresar a su cuidad natal sería inscribirse a un curso de español (el cual le parecía un idioma hermoso) y que incluiría en su lista de planes de viaje… ¡una visita a Guatemala! Posteriormente tuve la oportunidad de mostrarle a nuestros amigos una breve presentación de los lugares más bellos de Guatemala y ¡quedaron fascinados! Así que realmente espero tenerlos por aquí en algún futuro.

La experiencia fue inigualable. Y sin duda como equipo adquirimos muchísimo conocimiento y tuvimos la oportunidad de conocer a personas importantes en la materia de Derechos Humanos, además de crear muchísima mas conciencia de la importancia del cuidado del medio ambiente en nuestro mundo.

El problema medio ambiental no es únicamente propio de Guatemala, como el caso de Minas Marlin y el increíble daño que ocasionan a los pobladores de las regiones aledañas a la misma, sino que también es un problema que afecta a la mayoría de países latinoamericanos e incluso a países europeos y asiáticos.

El impacto medio ambiental es un tema del que se habla muy poco pero que deja marcas terribles en quienes sufren las consecuencias, como el caso de La Oroya en Perú, el cual se considera actualmente como uno de los peores desastres ambientales de la historia (encontrándose en la misma lista de Chernobyl, Rusia) caso que actualmente se encuentra ante la Corte Interamericana. Muchas veces el dilema al que se puede encontrar una determinada sociedad, es la ponderación entre el beneficio de la economía o el daño en el ambiente y sus pobladores.

En algún momento escuché algo que me hizo recordar aquello que muchas veces olvidamos y pasamos por alto…Sólo hasta que se haya talado el último árbol, contaminado el último mar y muerto el último pez, el ser humano entenderá que no se puede comer el dinero…

Fotografía: www.zerrenerfot.br

Compartir