Habitat-Julio

Héctor García / Opinión /

Para muchos guatemaltecos esta situación puede pasar inadvertida, ya que desconocen la realidad de muchas familias en el país. Según cifras oficiales por parte del Fondo para la Vivienda (FOPAVI), en Guatemala el déficit habitacional asciende a más de 1.4 millones de viviendas, lo que representa tanto la carencia de viviendas (cuantitativo), como la mala calidad de las mismas (cuantitativo).

Esta problemática no termina allí, se calcula que el déficit habitacional creció en un 17 por ciento en los últimos cuatro años, lo cual hace cada vez más difícil dar solución a este problema. Durante nuestros 36 años en Guatemala hemos intervenido y apoyado a más de 64,000 familias, quienes no cuentan con una vivienda propia o la que tienen no es adecuada para desarrollarse de forma integral.

Todos estos años de experiencia con las familias guatemaltecas nos han enseñado a conocer sus necesidades, pero sobre todo, ponernos en su posición y ofrecerles soluciones adecuadas.

El modelo de vivienda de Hábitat en Guatemala se enfoca en ofrecer una solución permanente, en la cual la familia pueda desarrollarse y crecer, sabiendo que contarán con una vivienda para la toda la vida. Nuestras construcciones son de bloques y concreto, incluyen un techo y piso seguro, todo esto con una estructura antisísmica.

Sin embargo, contar con una vivienda sólida y de buena calidad solo es el comienzo para cambiar vidas, es necesario que este espacio proporcione más que seguridad, debe permitir que las personas que la habitan mejoren su calidad de vida. Por esto, en los últimos años nos hemos enfocado en tres ejes de salud: física, emocional y espiritual; permiten que cada persona mejore su salud y estén preparados para mejorar su entorno.

Para una familia que antes habitaba en un espacio con piso de tierra, paredes de láminas que permitían el paso de la lluvia y el frío, y un techo de nylon, el cambio a una vivienda formal se traduce en una mejora importante en su calidad de vida.  Con ello los adultos tienen un mejor rendimiento en su trabajo y los niños se desarrollan de mejora manera en los estudios.  Además, estos cambios representan para la familia un ahorro sustancial, disminuyendo sus gastos por enfermedades y enseñándoles a invertir de mejor manera su dinero, a través de una serie de capacitaciones en temas de educación financiera.

La vivienda se define como el lugar en donde cualquier persona se siente resguardada del peligro o situación que ponga en riesgo su integridad física. Es por ello que contar con un lugar adecuado en donde habitar brinda a las familias seguridad emocional, generando un sentimiento de pertenencia, de tenencia segura y de superación, reafirmando que con su trabajo y esfuerzo diario, están construyendo un mejor futuro para su familia.

Para Hábitat, el eje espiritual se constituye como un elemento importante para el desarrollo de las familias, ya que dentro de una vivienda adecuada las personas cuentan con un espacio para construir recuerdos, generar lazos de amistad y afecto, propiciar relaciones entre los miembros de la comunidad y así habitar en un entorno de armonía, paz y solidaridad.

Como organización sabemos que la vivienda adecuada es un elemento indispensable para el desarrollo del país, ya que dentro de la misma se forman personas con valores, responsables y trabajadoras, decididas a  tomar un papel activo en la transformación de la realidad de su familia, de su comunidad y finalmente de Guatemala.

Una de estas historias es la de Hember Mejia y su esposa Ana Cuella, quienes con trabajo y esfuerzo han construido un mejor futuro para sus tres hijas.

Conoce más de Hember y su familia, otra  de nuestras historias únicas.

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