Brújula/
Sí nos enojamos, aquí todos no estamos contentos. Esta frase es la antítesis a lo que la señora vicepresidenta le dijo a los periodistas en la última conferencia que dio por el caso del defraude aduanero: No se enojen, si aquí todos estamos contentos.
Hoy deseamos expresarle a Roxana Baldetti que no estamos contentos. Como guatemaltecos nos enojamos porque cada cuatro años, los partidos políticos y los candidatos se visten de blanco para prometer cambios sustantivos y estructurales que sacarán a nuestro país adelante, además de presentar una calidad ética inquebrantable, asegurando que ningún funcionario que llegue al poder saldrá libre si es acusado de algún presunto acto de corrupción. Y de estas falsas promesas en 2011, el Partido Patriota, no se salvó.
Señora vicepresidenta, para recordárselo, le queremos mostrar un video. *Aquí pasar video 2011*
Ver video de 5:27-7:17
Hace cuatro años usted prometía transparencia en sus actos, un equipo numeroso de profesionales que la acompañarían en la lucha contra la corrupción y por la transparencia. Su compañero de fórmula en ese entonces, el actual señor Presidente de la República, Otto Pérez Molina, exigía la renuncia de Álvaro Colom y la actitud de apertura de este último para mostrar someterse a la justicia nacional, por el caso de Rodrigo Rosenberg.
Hoy, los años han pasado y actualmente su gobierno enfrenta una de las principales crisis de su período. Los años no han pasado en vano: los hospitales nacionales continúan sin medicamentos, la infraestructura y los materiales didácticos de las escuelas son insuficientes para una verdadera calidad educativa, no logramos llegar a la meta de reducir en 10% la inseguridad alimentaria en nuestro país, hay niños que continúan literalmente muriendo de hambre, y muchos otros que desaparecen frente a los ojos de sus padres para actos de adopciones ilegales y trata de personas, los jóvenes no se detienen en su camino al norte buscando mejores oportunidades…
Todo esto, ¿para que como ciudadanos nos vengamos a enterar, cuatro años después, que mientras todas estas crisis ocurrían – y continúan ocurriendo- en nuestro territorio, por la puerta trasera de la Superintendencia de Administración Tributaria, y junto a su mano derecha, Juan Carlos Monzón, los millones de quetzales de evasión tributaria salían al estilo Rico MacPato, para llenar los bolsillos de personas individuales?
¿Y aún así, usted desea que no nos enojemos, porque aquí todos estamos felices?
La respuesta parece obvia, como así de obvio parecería que es mejor no dejar que un solo niño muera de hambre, que enriquecerme a costillas del Estado. Sin embargo, pareciera que para eso, usted y los funcionarios públicos que la acompañan tienen una visión distinta. Ya han pasado algunos días desde que el Ministerio Público con apoyo de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) desmantelara el caso de aduanas, y Juan Carlos Monzón, su mano derecha, continúa sin aparecer, prófugo de la justicia.
Así como hace cuatro años exigían al entonces gobernante someterse al escrutinio público y separarse del cargo, para poder realmente hacer una investigación clara y transparente, hoy muchos guatemaltecos esperarían de ustedes, y especialmente de usted señora Vicepresidenta, la misma actitud de probidad que exigían. En 2011, usted mencionaba que el orgullo de un político es llegar a la más alta magistratura del país y salir con la frente en alto. Lo primero lo logró; lo segundo, todavía está por verse. Depende de usted.