Por Angeles Morales

¿Qué es ser médico?, una palabra pequeña, con tan solo seis sílabas y hay palabras con más sílabas pero, con todo el significado que lo abarca, lo dudo, cada sílaba conforma una parte fundamental que más que referirse a una carrera es referirse a pasión, amor y sobretodo vocación. Sumado a esto se antepone un verbo muy peculiar, el verbo “ser”, que sin duda resplandece aún más; genera pertenencia en cada individuo que porta con orgullo su tercer nombre “médico”. Pero también detrás de esas breves palabras hay sacrificio y no solo tuyo, hay muchas más personas que estuvieron a tu lado apoyándote en tus momentos felices, tristes, de enojo, de frustración y también de ellos será el mérito, porque detrás de cada médico hay personas que sin duda alguna fueron parte fundamental y merecen vivir junto a ti la victoria.

Cada uno vive el proceso de distinta manera y cada uno es consciente del sacrificio que ha tenido que pasar para llegar a una de tantas metas, pero no todo es malo, la satisfacción en algún momento llegará y solo la paciencia y perseverancia te ayudarán a llegar a tan anhelado encuentro con el que soñaste años atrás y el cual mirabas tan lejano e inalcanzable, con obstáculos tan grandes de los cuales nunca creías que serías capaz de superar pero allí estás, es tu momento de recoger los frutos cosechados por varios años.

Y sí, los obstáculos fueron grandes, es probable que hayas tenido que retroceder, esperar y continuar, pero luchaste, diste la batalla y venciste como el mejor de los guerreros. Mi padre un día me dijo:

“no todos logran aprender al mismo tiempo, cada persona tiene su ritmo, no desesperes si es lo que quieres, esto solo será una prueba de lo invencible que eres”. 

Palabras que en mi opinión, dieron un respiro a mi alma e impulsaron mis ganas de seguir luchando.

Así que, si tu futuro es ser  médico, déjame decirte que vale tu esfuerzo y perseverancia. Eres un ejemplo a seguir; comparte tus frutos y no dejes que nada frene tus ganas de continuar, porque sé que la cima aún está lejos de ser alcanzada, sé que tienes ganas de comerte el mundo.

Hoy sé que luchas por un mundo mejor y las jornadas son agotadoras, matadoras… diría yo, pero sé que tu vocación te alienta y anima a no desvanecer ante tan difíciles ratos que has tenido que enfrentar.

La pandemia no cambió el rumbo de tus planes, únicamente los acomodó en un espacio que probablemente no fue planeado, pero saca lo mejor de ese cambio, que sin duda alguna buenas cosas traerá, míralo como un rompecabezas que solo ayudó a que las piezas casaran en su lugar y puede que ese reacomodar sea difícil, pero no es imposible. Sigue luchando, no desfallezcas, todo pasará y solo será́ un recuerdo más en tu memoria.

Hoy eres el héroe sin capa, que con ayuda de Dios sacas adelante cada vida, sin importar las críticas e indiferencias que soportas en las calles o sitios a donde vas, sé que es difícil pero no juzgues a esas personas que hoy te juzgan, ámalas porque no saben la magnitud de lo que hacen, sé noble. No es fácil, a todos nos cuesta, somos seres humanos un poco rebeldes e imperfectos pero día con día podemos mejorar nuestra actitud y hacer nuestras estas palabras, que más que una frase, engloban una verdadera joya que Jesús nos dejó poco antes de su muerte, algo que el experimento en carne propia y de la cual se dio cuenta que el ser humano ignora tantas cosas que no se adquieren con la ciencia. Jesús dijo “perdónalos, porque no saben lo que hacen” y él viendo lo mejor en cada persona fue valiente y misericordioso en sus últimos momentos en la tierra, así que porque no aprender y fortalecer lo aprendido cada día, seamos los mejores hijos, siguiendo los pasos de tan gran y sublime maestro.