Katherine Rivera / Instituto de Estudios Humanísticos /

Han sido muchas las sorpresas durante este año y justo, cuando pensábamos que iban a parar, de repente surge una nueva que resulta mucho más sorprendente, lo suficiente para provocar que el mundo pusiera sus ojos en nosotros. Desde el nuevo comisionado de la CICIG y el descubrimiento de los actos de corrupción, se abrió brecha para las imparables noticias polémicas. Primero el caso La Línea, liderado por el presidente y la vicepresidenta de la nación, los escándalos en propagandas políticas, Baldizón queda fuera de la segunda vuelta electoral, jueces son ligados a procesos penales, las protestas ciudadanas toman fuerza y nuestro nuevo presidente es Jimmy Morales.

Sí, este año es para recordar y seguramente ha quedado plasmado en varios libros. Pero más allá de eso, hay algo que podemos rescatar, la ciudadanía. Queda claro que ahora Guatemala ya cambió, exigimos más, evaluamos y somos críticos, nos sentimos expertos en política por las tantas noticias leídas, esta vez votamos a conciencia y nuestros temas de conversación grupales sale a relucir la corrupción pero, ¿eso realmente basta? Claramente no, ahora más que nunca Guatemala necesita personas comprometidas que sean partícipes de un cambio, han sido muchos los comentarios que he escuchado sobre las grandes cargas que le esperan al nuevo presidente, y no puedo negarlo será más que difícil, sin embargo esperamos que sea el quién cambie todo lo que por años nadie hizo.

Debemos recordar que el Estado somos todos, no solo el gabinete de gobierno y los altos funcionarios, debemos encontrar las formas de ayudar a que este proceso de cambio sea más rápido.

Es muy fácil criticar lo que las demás personas no hacen bien, pero es lo mismo saber que podemos hacer buenas cosas y no lo hacemos. Es simple, ¿cuantas veces nos pasamos un semáforo en rojo, ofrecemos sobornos para arreglar nuestros conflictos, no pagamos impuestos, jamás participamos en organizaciones sociales? Pero claro, queremos que Guatemala cambie y si no lo hace, el gobierno tendrá toda la culpa.

No es que los defienda, por supuesto que no, pero ahora ellos saben que los guatemaltecos ya no estamos dormidos, dejemos que ellos se encarguen de sus asuntos y si no lo hacen bien, ya tendrán que rendir cuentas ante la justicia y escucharnos nuevamente en la plaza, y nosotros hagamos lo que nos corresponde, Guatemala está herida y necesita que todos juntos pongamos de nuestra parte para que se recupere. Posiblemente esto suene un poco romántico pero vamos, es más serio y real de lo que parece.

Somos ejemplo para otros países, jamás en la historia había pasado esto en nuestro país, ya no somos los mismo, por eso digo que ahora le toca al pueblo, te toca Guatemala.

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