Paola Lorenzana / Colaboración /
Te invito a desnudarte las ideas, los sentimientos y el alma. A que te encuentres divagando, cantándole a los astros. A caminar en tierra húmeda, a enloquecer con la media luna, a percibir al culpable de tu insomnio y quizás, a conversar con un árbol. Te invito a cantarle serenata a las flores, a dormir en la esencia del mundo y despertar soñando, a correr en las cumbres, a huir de tu sombra y dejarla exhausta. A conectarte con lo profundo, lo efímero, lo que no dura.
Y también te invito a crear.
A crear emociones, momentos, sonrisas. A inspirar a un artista, a generar excitación, a componer una melodía o a concebir lágrimas púrpuras. A coger las cuerdas de tu guitarra rota, a llenar el lienzo escondido detrás de tu puerta con luz que atraviesa un prisma, con tu imagen de ella. A inmortalizar tu memoria, tu pensamiento, tu corazón.
Te invito a sentir. A sentir la belleza, la magnificencia, las risas, las palabras y el amor. Pero no solo de lo claro se alimenta el corazón. Por eso, te invito también a encontrar la tristeza, lo que te quiebra, te bota, te despedaza. A tentar la nostalgia, la desesperación, la ira y el temor. A derramar lágrimas y dejarlas disecadas en lo más profundo de esa canción.
Hoy, te invito a ser como los tulipanes, genuina y bellamente solo ser.