Magda García Von Hoegen / Instituto de Estudios Humanísticos
El martes 27 de marzo a las 10:48 am, recibí un mensaje en mi celular, de una amiga preocupada por lo publicado en la versión digital de un noticiero. Literalmente decía: @Noti7 (fuente proveniente de México, y no del noticiero nacional)“Ataque terrorista a empresa eléctrica por parte de manifestantes de tierras y campesinos, deja el 72% de capitalinos sin luz”. El mensaje, ya de cosecha de mi amiga, seguía: “pasen la noticia para que estemos todos informados”.
Minutos después, un usuario de twitter respondía: “Esa cadenas de BBM son falsas, el usuario @noti7 es mejicano, no jodan! Infórmense. El de aquí es @Noti7Guatemala.”
Siendo responsable con el rol que ejercen los medios como actores importantes en el campo de la opinión pública, Prensa Libre salió al rescate de la verdad y expresó a través de su versión en Twitter:
“la vocera de EEGSA Ivette Zambrano dice que aún no se han identificado las acusas del apagón de energía eléctrica. Hasta el momento se reportan sin luz zonas: 12, 19, 13, 11, 1, 17, 16, 18 (…) Por favor mantener la calma mientras se restablece el servicio y hacer caso omiso a cadenas falsas sobre ataques terroristas hacia la empresa eléctrica… Para más información sigue a @prensalibre.”
Por la tarde, desde la Dirección de información de la SAAS, se declaraba: “El Instituto Nacional de Electrificación informó que por problemas técnicos en dos líneas de transmisión 230KV Chixoy 1 y Chixoy ubicadas a 70 kilómetros de la Subestación Táctic, se generó la interrupción del suministro de energía a las 9:14 horas, en el territorio nacional por un lapso de cuarenta minutos. El Sistema Nacional colapsó por un efecto caída en cascada de las unidades generadoras.”[1]
Fue impresionante el torbellino de información contradictoria en tan corto tiempo. En un primer momento, personas contagiadas por una especie de pánico colectivo, esparciendo viralmente la primera noticia; que sin fundamento, acusaba a los grupos de campesinos que entraban en marcha a la ciudad capital, provenientes de Alta Verapaz, de acciones terroristas causantes de grandes pérdidas económicas por la suspensión de la energía eléctrica. Pareciera ser que todavía hay corrientes que pretenden deslegitimar las acciones de las y los ciudadanos, enturbiando los hechos con falsedades y manipulando emocionalmente a las y los incautos que sin reflexionar, reaccionan por instinto ante un estímulo informativo.
En este contexto, fue muy satisfactorio saber que existe una audiencia crítica creciente, que ya no se “traga” así de fácil la información que recibe. Inmediatamente, hubo reacciones de personas que hacían razonar sobre lo dicho, fueron capaces de verificar la fuente de donde venía tal información y plantearon un llamado colectivo para en todo caso, avocarse a los medios nacionales que responsablemente buscaron fuentes oficiales y fidedignas que clarificaran los hechos.
Esto demuestra que la sociedad guatemalteca está evolucionando y ha dado pasos importantes. Ya no somos quienes vivieron bajo sistemas represivos que vedaban el acceso a fuentes informativas diversas. Estamos ejerciendo ciudadanía al analizar críticamente esos mensajes provenientes de intereses oscuros que ya no juegan el rol del pasado.
La nueva audiencia es activa y no un simple receptáculo de informaciones que por aparecer en los medios, asume como verdad. Esta es una nueva forma de fiscalización de las instituciones y también un desafío a quienes generan la noticia para que exista un ejercicio responsable del periodismo, dentro de un marco ético que aborde todas las perspectivas posibles sobre un hecho y no una difusión a la ligera de datos infundados.
Si continuamos en esta vía, la sociedad guatemalteca exigirá cada vez más a los medios de comunicación tradicionales y emergentes, ejercer una labor enmarcada en el profesionalismo y romper con las estrategias sensacionalistas que se han utilizado hasta el momento, cuyo fin primordial es garantizar la venta de su producto noticioso. Por otra parte, estaremos en la capacidad de analizar las demandas sociales en su justa medida, sin prejuicios ni sesgos para dar respuesta a las problemáticas que piden a gritos una solución.
[1] Noticia publicada en http://monitoreo.saas.gob.gt/noticias/listar_noticia.php?cual_fecha=semana&no_pager=1 a las 15:28pm. Recuperada el 29 de marzo de 2012.