Moser Martínez/ Colaboración/
El día 8 de marzo de este año ocurrió en Guatemala un acto deliberado del mal funcionamiento de un Estado que cada vez va más en decadencia y de una sociedad para la cual se ha vuelto tan natural el ver notas rojas en los medios de comunicación todos los días.
El hogar Virgen de la Asunción, ubicado en el municipio de San José Pinula es el lugar de la lamentable tragedia. Este hogar está bajo el cargo de la Secretaría de Bienestar Social y debía velar por aproximadamente 800 niños de diferentes edades cuando se supone debía haber un promedio de 400. Estos niños estaban en este “Hogar” por muchos factores y nunca podremos conocer a fondo cada uno de ellos, pero algunos de estos eran niños víctimas de maltrato familiar, trata de menores, niños abandonados o simplemente a todo aquel niño que no tuviera un techo bajo el cual dormir.
Según varios informes, la historia comienza la noche del 7 de marzo cuando comenzaron algunos disturbios dentro del hogar entre los jóvenes del Hogar y los monitores de este. Se estima que escaparon aproximadamente 85 jóvenes, los cuales en su mayoría fueron recapturados. Es en este momento donde comienza la trágica parte de la historia pues, acto deliberado de esto, se procedió a encerrar a 40 niñas dentro de un salón que se ocupaba como usos múltiples, siendo esto una forma de castigo.
Las jóvenes y niñas encerradas en este salón se les había dado colchones para dormir; en señal de descontento, algunas de las niñas y jóvenes incendiaron algunos de estos sobre las ventanas y así comienza la tragedia.
A partir de aquí se da la muerte de alrededor de 19 niñas quienes fallecieron en el lugar por varias quemaduras en su cuerpo. Varias víctimas fueron llevadas a los hospitales de la ciudad capital donde la misma cantidad de ellas fallecieron debido a la gravedad de las quemaduras.
Todo lo anterior mencionado es lo que respecta a lo que ocurrió, pero este acontecimiento es derivado de diferentes malestares que la sociedad guatemalteca ha venido presentando desde muchos años atrás. ¿Cómo es posible que un Hogar seguro sea de todo menos “seguro” y, estando bajo el control y protección de la Secretaría de Bienestar Social, ocurra una tragedia de tal magnitud que deja a 40 niñas muertas en un día tan importante para ellas como es el Día Internacional de la mujer?
La ineficiencia del Estado se ve en acciones como la que mencionamos, pues no puede el país garantizar el artículo 3 de la Constitución Política, que es el derecho a la vida y la protección de la misma. En Guatemala estamos tan acostumbrados a ver aproximadamente 16 muertes diarias y nos es tan indiferente a la mayoría de la población.
Los culpables somos todos. Estas niñas no son culpables de vivir en una sociedad como la guatemalteca, una sociedad que les da la espalda y que a cambio, ellas reciben tratos como la violencia o violaciones y que recurren a Hogares seguros tratando de alejarse de esto cuando ahí es lo primero que van a encontrar. Quizá a muchos nos parezca algo exagerado porque nos cuesta ponernos en los zapatos de los demás y no vemos lo extremas que pueden llegar a ser las circunstancias en las que viven. Es una vergüenza que pase algo como esto y más tratándose de niñas quienes tenían un futuro por delante. No podemos vivir en un país el cual no protege al niño, cada niño es un futuro para Guatemala y sin embargo los estamos matando. Es lamentable ver la poca importancia que le damos a los niños cuando los vemos en las calles pidiendo limosna o limpiando vidrios y como llegamos a ser parte del maltrato que reciben.
Estamos mal como sociedad, mal en manejo de Gobierno y en general, mal como país.
En la mente de muchas personas quedará un día tan trágico para el país como el 8 de marzo pero mientras todo siga tal como está, esta noticia será una nota roja más de las páginas de los principales medios de comunicación del país, donde al dar la vuelta de la hoja a la mayor parte de la población se le olvida lo que ocurrió. La historia termina así, con pocas personas tratando de hacer justicia y otras muchas ignorando lo que acontece en el país.