Wendy Edelmira Samayoa Juárez
Estudiante de Relaciones Internacionales
El ascenso de China en el sistema internacional ha sido el modelo de desarrollo más intenso en la historia económica de las últimas tres décadas. China avanza aceleradamente y su potencial está transformando la economía global. El Centro de Estudios de Política y Relaciones Internacionales (2015) trata de explicarlo al argumentar que los saltos económicos de dicho país responden a las reformas económicas implementadas a partir de 1978. Reforma que en menos de 35 años colocó a China como la segunda economía del planeta.
El país está logrando la integración plena en la economía mundial. Sin embargo, los constantes cambios en el sistema internacional dan lugar a nuevos desafíos que deben ser analizados y resueltos por la dirigencia del Partido Comunista de China. Con base en lo anterior, surge la inquietud sobre ¿qué estrategias o iniciativas ha estado desarrollando China para construir un liderazgo económico global?.
En su afán por dominar el comercio global y mantenerse en primera línea entre las potencias mundiales, China se ha sumergido en el mayor proyecto de interconectividad global hasta el momento: el proyecto OBOR “One Belt-One Road” (un cinturón-una ruta). Según Belevan (2018) a través de OBOR China está articulando relaciones comerciales con el resto del mundo, ya que incluye 70 países y está compuesta por una ruta terrestre que se concreta en seis corredores económicos que son el puente terrestre euroasiático donde España se une a China.
Dicho proyecto representará para China una apertura comercial con las principales potencias del mundo lo que incrementará el crecimiento de las economías implicadas, así como también la demanda de bienes y servicios chinos. Tanto especialistas chinos como extranjeros han reconocido que el cinturón y ruta china representa el proyecto de política exterior más amplio y trascendente, una estrategia que será el escudo para tomar ventaja sobre Estados Unidos.
China al ser impulsor de megaproyectos tanto en su territorio como en el exterior demuestra no solo su próspera situación, sino sus metas y desafíos para el futuro. Los proyectos no serían posibles sin una economía floreciente y una inversión gigantesca. Por otro lado, la articulación de los megaproyectos están modificando la estructura del sistema internacional (y no solamente en las cuestiones comerciales), ya que se van instaurando nuevas reglas que de una u otra manera deben ser adoptadas por otros actores internacionales para mantener la armonización y quienes rechacen las nuevas regulaciones podrían quedar marginados en la nueva gobernanza global.
China es el principal promotor de la innovación en el continente asiático, característica que lo han posicionado como un líder mundial que no se mide simplemente por su fuerza política o militar, sino principalmente por ser el mejor en planificar y desarrollar estrategias económicas que le han permitido escalar aceleradamente hacia la colina del sistema internacional. El surgimiento de esta nueva potencia mundial tendrá impacto en la estructura del orden mundial, lo cual puede sumar retos a futuro, pero China con su capacidad de progreso ilimitada ya está lista para enfrentarlos.