Stephanie Sigal y Daniela Murillo
Estudiantes Diseño Industrial
A lo largo de los cuatro sábados del mes de Junio, diseñadores de la Universidad Rafael Landívar con la ayuda de Manos Empresarias y Misión de Taiwán, tuvieron la oportunidad de poder aplicar conocimientos en un escenario completamente real, en donde distintos empresarios con necesidades sentidas, buscaron asistencia para la innovación de sus productos, no solo para poder darle una nueva imagen, tener la posibilidad de abarcar otro tipo de mercado si no que también la agilización y aprovechamiento de materiales a la hora de producción.
CANTIA, la empresa a la cual se tuvo la oportunidad de ayudar, es una empresa que se dedica a la confección de suéteres de lana sintética en distintas formas y colores para ser vendidos especialmente a mujeres en el occidente, por los distintos distribuidores que ésta posee. La empresa es manejada por los empresarios Cesar Tian y su esposa: ellos son dos personas muy decididas y enfocadas a querer ayudar y sacar su empresa adelante.
Llevan cuatro años manejando un mercado específico confeccionando los mismos diseños en sus productos desde que ésta se fundó. Fue aquí donde la empresa solicitó nuevas propuesta de diseño ya que se quería buscar novedad e innovación con la implementación de nuevos productos.
Se tuvieron varios encuentros con los empresarios, y juntos se detectaron las necesidades que esta empresa poseía, y formas en que las diseñadoras podrían ayudarlos. Los puntos que más destacaron fueron, primero que la empresa necesitaba salir de la monotonía en cuanto a sus diseños y segundo el aprovechamiento de todo el material de desperdicio.
Las diseñadoras se enfocaron en estos dos puntos, en donde se proporcionaron propuestas para la innovación de diseños, con nuevos cortes, formas, colores, tamaños y combinación de tejidos, no únicamente para su distribución en el mercado que actualmente manejan, sino que también para abarcar uno totalmente nuevo.
En cuanto al aprovechamiento del material de desperdicio que se genera a la hora de realizar las piezas, se dio la idea de realizar una línea de accesorios, los cuales fuesen hechos solamente con dicho desperdicio. Esto proporcionó no solo un nuevo ingreso económico a la empresa si no que también el máximo aprovechamiento del material que ya poseen.
Una vez seleccionados los diseños a realizarse, el empresario nos dio la oportunidad de poder visitar la empresa en Chimaltenango, en donde se lleva a cabo todo el proceso de fabricación de sus productos y se tuvo el privilegio de poder trabajar con el personal de la empresa, conocer la distinta maquinaria que se posee, las actividades específicas que cada trabajador realiza y el método de fabricación que se maneja. Esto facilitó la realización de las nuevas propuestas ya que se pudieron ejecutar pruebas de color, cortes y tejidos y llegar al producto final, tanto los nuevos diseños de los suéteres como los distintos accesorios, los cuales se expusieron en la presentación final de este taller.
Se pudo ayudar enormemente al empresario con la fabricación de un suéter con los botones cruzados, un chaleco con torerita, un chaleco largo y una chaqueta para el frío con gorrito agregable. Para los accesorios fabricados de material sobrante se realizó una cinta para la cabeza con bufanda que se puede agregar, un llaverito que también es monedero y cosmetiqueras de distintos tamaños que al agregar una cinta se convierten también en bolsa. Además de los nuevos productos fabricados para los empresarios, se les ayudó creando un manual para que en un futuro ellos puedan hacer sus propias combinaciones de colores, tejidos, texturas y tendencias dependiendo de la temporada y saber más sobre cómo crear nuevos diseños para siempre estar innovando sus productos.
Con esta experiencia se puede decir que se aprendió mucho a trabajar en equipo con los empresarios para llegar a un producto innovador que excedió sus expectativas de lo que estaban buscando para mejorar su empresa. Ellos estaban muy satisfechos con los nuevos productos para poner a la venta en su nuevo mercado y agradecidos de que se le ayudó con la reducción de materiales de desperdicio, a crear nuevos accesorios en vez de tirar la tela sobrante a la basura.
Para nosotras como diseñadoras también fue una experiencia muy agradable poder ayudar a alguien haciendo lo que más nos gusta hacer y poder observar a los empresarios emocionados con sus nuevos productos.