Lenina García/Colaboración/
“Mi esperanza es necesaria pero no es suficiente. Ella sola no gana la lucha, pero sin ella la lucha flaquea y titubea. Necesitamos la esperanza crítica como el pez necesita el agua incontaminada”.
Paulo Freire-pedagogo brasileño.
en el libro: “Pedagogía de la esperanza”.
Un campo de fútbol improvisado en las calles, pelotas hechas de latas, de botellas, porras de gente que sale de sus casas, hinchas que apoyan al equipo de la revolución. Miles de educadores y educadoras con camisolas de colores, representando al equipo de la educación liberadora, corriendo por los asentamientos, los parques, los mercados, cantando con el pueblo, ovacionado de emoción. Todos y todas dan la bienvenida al Mundial, su sueño: Levantar la copa del mundo, la de la educación liberadora de los niños, niñas y jóvenes ¿Te sumas?
Día del maestro, entre manifestaciones y fútbol
Guatemala, 25 de junio de 2014, un día del maestro y maestra en medio de uno de los acontecimientos más importantes de la historia: El mundial de fútbol. Este año, realizado en Brasil, que al igual que otros países latinos vive día a día una realidad de contradicción, a causa de la pobreza, el desempleo, el inacceso a servicios básicos.
Ante esto, desde el año 2013 miles de brasileños y brasileñas empezaron a cuestionarse el despilfarro de dinero invertido en el Mundial de fútbol, en contraste a las necesidades básicas de la gente. Empezaron a preguntarse por qué en su país se llevaría a cabo un evento que generaría millones de gastos cuando hay necesidades más prioritarias que subsanar.
En Guatemala -al igual que en Brasil- en el actual gobierno, miles de personas: campesinos, mujeres, pueblos indígenas, estudiantes, trabajadores, se han sumado a distintas movilizaciones, por el cese a la expropiación de sus recursos, a la desigualdad social, cultural y económica que viven, por mejores oportunidades de vida, desarrollo, estudio.
Brasil y Guatemala, los países más grandes respectivamente en América del Sur y América Central, en plena algarabía por el fútbol, entre tantos televisores, anuncios, ofertas mundialistas, se han atrevido a desaprender ese discurso neoliberal y reaprender la lucha por la dignidad. Están abriendo los ojos a nuevas formas de hacer política, están labrando un camino donde la esperanza florece a pesar de las balas, los fusiles, las bombas.
Entonces, nosotros, educadores y educadoras, este 25 de junio ¿qué copa del mundo hemos de levantar?
Una copa del mundo por la educación:
Hoy más que nunca los educadores y educadoras de todos los programas, modalidades, niveles, necesitamos unirnos para integrar un equipo que le gane el partido a la desigualdad y la injusticia, que no tenga miedo de entregar el todo por el todo en la cancha, que se vista con la camiseta de la creatividad, la conciencia social, la alegría.
En nuestras manos y pies está el poder de pasarnos la bola el uno al otro hasta alcanzar la victoria, la que se traduce en mejores oportunidades de vida para los niños, niñas y jóvenes. Tenemos la oportunidad de salir de la banca de la indiferencia y entrar a la cancha por esta lucha que es de todos, por un mundo más humano y equilibrado.
Así como Brasil y Guatemala se han cuestionado por qué la educación no es prioridad en sus países, así nosotros podemos liderar el Mundial por la educación liberadora.
¡Qué suene el silbatazo, que empiece el partido, a levantar la copa del mundo por la educación!
Tiempo de reposición:
Preguntas para aterrizar la copa del mundo por la educación…
¿Cuánto se invierte en educación en el país? ¿Cuáles serán las condiciones de vida de Guatemala con mayores oportunidades de educación y cultura?
¿Qué pasaría si invirtiéramos más tiempo en fortalecer nuestras experiencias educativas unos a otros, en vez de denigrarlas?
¿Qué pasa cuando somos educadores de banca y no de cancha? ¿Qué necesito mejorar en mi práctica para entrar al juego y conseguir goles por la educación?
Otros: Compartimos la Entrevista realizada a Lenina García en ocasión del día del maestro.