Sara Rosales / Opinión /
Víveres al Rescate es un voluntariado social creado con el objetivo de reunir y brindar insumos a personas de escasos recursos que se encuentran en hospitales, asilos, orfanatos y demás. También, promueve su entrega, a través de diversas actividades recreativas y de voluntariado. Por el contexto en el que los estudiantes están ubicados y lo han estado, es evidente que algunos están acostumbrados a grandezas; sin embargo, el voluntariado trata de brindarnos un panorama más claro y extenso de la situación que enfrenta el país. Las personas a las que se ayudan son humildes y sencillas, algunos presentan problemas o situaciones deprimentes que nos hacen reflexionar qué tan agradecidos debemos ser por el lugar en que nos encontramos, por lo que tenemos y hasta donde hemos llegado.
Formar parte de este proyecto ha sido muy gratificante, aunque varios estudiantes que lo integran lo ven únicamente como una “simple entrega de víveres”.
Sin embargo, es todo lo contrario, ya que es la oportunidad de hacer feliz a una familia a través de la labor que hacemos. Algunos piensan que hacer donaciones es deshacerse de todo lo que no les sirve, regalar ropa que simplemente ya no les queda o no esté a la moda, así como dar juguetes que para ellos son insignificantes, pero están equivocados, se trata brindar lo mejor para que la calidad de vida de estas personas cambie, porque ellos merecen lo mismo o más que nosotros.
Hace un año tuve la oportunidad de participar en el convivio navideño, en el cual comprendí que la labor que hace Víveres al Rescate es impresionante; desde las campañas, recolección y clasificación de víveres, inventario, empaque de regalos, planeación, hasta la realización de la actividad. Pude compartir y convivir con muchos niños que llenaron de alegría mi día, entre sonrisas y agradecimientos comprendí que el juguete que algunos consideraban insignificante, para ellos puede convertirse en un gran tesoro. Este tipo de actividades son difíciles de cuantificar, más allá de eso permite que cada estudiante se vuelva más humano y aprenda a ser agradecido con las cosas que tiene.
Por lo tanto, invito a que más jóvenes se unan a este proyecto ya que les permite conocer un poco más de la realidad de Guatemala y sensibilizarse ante diversas situaciones; pero lo más importante es tener la satisfacción que están ayudando a la sociedad con pequeñas acciones que hacen la diferencia y que muy pocos se atreven a hacerlo.