Diariamente, en Guatemala las mujeres nos enfrentamos a una diversidad de situaciones que amenazan nuestra forma de comportarnos o nuestro estilo de vida. Hay mujeres que desde su propia “zona segura”, es decir su hogar son violentadas o viven la violencia intrafamiliar de cerca, y desde esa concepción no viven seguras. Diariamente, exponerse a salir a las calles y caminar o ir con la ventana abajo, es un acto de valientes por la cantidad de agresiones verbales y gesticulares provenientes, la mayoría, de hombres y alguna que otro insulto por parte de otras mujeres.
El problema va más allá de los hogares. Es una problemática enraizada estructuralmente desde un Estado machista y patriarcal que no ha protegido o buscado formas de erradicar la violencia desde los propios hogares, las calles y hasta de las mismas instituciones.
Estas historias, son realidades que no solo le pasa a conocidas, ni tampoco es algo que solo de algunos estratos sociales. Esto pasa en todas partes, a todos niveles y ninguna estamos libres de ese tipo de violencia. Peor aún son los casos de mujeres con niveles de educación bajos o de pobreza extrema que no conocen de los mecanismos de denuncia.
Celebrar 8 años de la Revista Digital Brújula, tiene como propósito hacer un encuentro de mujeres y hombres que dentro de un espacio compartido, se promuevan un diálogo sobre las implicaciones de ser mujer en Guatemala; los retos, las dificultades, las realidades para que hablemos, discutamos, nos informemos y finalmente logremos que casos como las historias anteriores, dejen de ser escalofriantes. Que la violencia de género empiece a dejar de ser estadística de una cultura que golpea, viola, asesina.
Es importante analizar también, que tanto hombres como mujeres, reproducimos diariamente estos estereotipos y alimentamos esta cultura machista y patriarcal dentro de la que nacemos y es por eso la importancia de estos espacios. Que nos cuestionemos y que analicemos nuestro comportamiento para cambiar nuestro alrededor.
Hemos escuchado mucho hablar de género o visto sobre temas de violencia pero qué tanto se ha profundizado en la materia. A qué es eso que se le llama violencia de Estado, acaso existe? Y si existe, ¿Cuál es la realidad del país? ¿A qué nos enfrentamos al salir a la calle y meternos en la rutina? ¿Se puede dejar de ser un acosador callejero? ¿Una política de protección, derechos y educación sexual pueden erradicar o ser la solución a una cultura de un país que viola y asesina a sus mujeres?
Es por todas estas preguntas que existen espacios como Brújula que nos permiten analizar más estas situaciones. Casos tan violentos como los mencionados anteriormente o bien frases violentas que son sutilmente disfrazadas de humor después de 8 años, seguimos creyendo que el pensamiento crítico sigue siendo punta de lanza para avanzar y encontrar soluciones a todos nuestros problemas estructurales.