umbrella

Analú/ Colaboración/

Como miro a mi padre hoy:

Profesional, inteligente, sagaz , estupendo abuelo, amoroso, comprensivo, maravilloso,  emprendedor, innnovador, pionero, maestro empático y retador al mostrarme otra forma de ver las cosas y situaciones. Inigualable chef que me motiva a probar las más inverosímiles de las combinaciones.

Hoy amo oírlo contar historias y verlo sentado en mi sala de visita, amo recordar cómo se comió aquel mi primer guiso como si fuera el más suculento plato internacional, hoy amo aquella sonrisa que se dibujaba en su rostro al entregarme emocionado todos los regalos que me traía de sus viajes.

Hoy amo a mi papi sin sentir que traicionó a mi mami.  Hoy trato de verlo aparte de su enfermedad -el alcoholismo-, que como toda enfermedad crónica tiene sus recaídas, algunas pequeñas y otras no tanto. Lo hago a través de Al-Anon; en esas recaídas me aferro con amor a mi programa, tratando  de llevar la compasión dentro, muy dentro de mí hasta hacerla mía.

Esa compasión de la que habla el programa, esa de la que en el libro “Un día a la vez”, dice que debo recordar que él no lo hace con la intensión de lastimarme o de sabotearme la vida, ni por hacerme sufrir; esa compasión de la que habla el libro “El dilema del matrimonio con un alcohólico”,  menciona que todo eso que el dice o hace es tan solo el reflejo de su dolor, de su sufrimiento, de su culpabilidad, de la autocompasión de su enfermedad.

Hoy tengo la alternativa de no engancharme, de recordar que no puedo controlarlo y que la única cosa que puedo controlar es a mi misma, que puedo ponerme límites para no ser lastimada.

Hoy sé que este tipo de compasión es no creerme con el derecho de insultarlo, de amedrentarlo con mis preguntas, que más que respuestas buscan manipularlo; es dejarlo tocar fondo y seguir amándolo y respetándolo. Es no entrar en ese círculo enfermo de salvador-víctima-victimario.

Para hacerlo voy a Al-Anon, donde conocí a personas hijos/as de alcohólicos igual que yo, ellos están dispuestos a compartir conmigo su experiencia y a alimentar mi esperanza. En Al-Anon me di cuenta que no solo mi papi estaba enfermo, también mi familia de origen y mi familia actual; que si no trabajaba el programa, las estelas del alcohol llegarían a mi más preciado tesoro… mis hijas y ellas llegarían a sentir ese gran resentimiento que yo sentía por mis padres, no llegarían a conocer mi verdadero yo porque estaría hundido en todos esos defectos de carácter: desconfianza, perfeccionismo, egocentrismo, ira, depresión, ilusión  de control, manipulación, dramatismo, etc . Ellos fueron mis grandes defensores durante mi niñez y me ayudaron a sobrevivir, pero ahora son una carga muy pesada de  la cual trato de deshacerme, al menos por las próximas 24 hrs.

Ahora, luego de haber aceptado mi impotencia ante el alcoholismo de mi papá, de haber rendido mi voluntad a un poder superior cada 24 hrs,  tengo esperanza, ¡SOY FELIZ POR ESTAS 24 HORAS! Leo, medito, hablo con mi maravillosa madrina y trato de “notar el cambio” en las reacciones de las personas.

No es fácil saber que esta enfermedad no se cura, pero para mí es fácil renovar mi esperanza cada 24 hrs, aunque debo confesar que hay días que la renuevo hasta cada hora, ustedes me entienden, ¿no? Lo hago a través de la oración de la serenidad.

Hoy mi hijita adolescente asiste a Alateen y ha empezado a tomar conciencia de los estragos que el alcoholismo ha hecho en mi vida y la de mi pareja, entiende porque corro cada semana a mi reunión de Al-Anon, pero más importante aún, ha empezado a tomar conciencia de sus propios defectos de carácter.

¡Hoy estoy feliz! Ella y yo corrimos nuestra Primera Carrera juntas, la siento más cerca de mí que nunca, mi perfeccionismo y ambición de control no ganaron, no lograron ahogar nuestra relación.  Hoy el padre de mis hijitas asiste a un programa de 12 pasos y aunque estamos separados, tratamos de escucharnos, tratamos de ser compasivos el uno con el otro.

No sé que pasará mañana, pero lo que sí sé es:

  • Mi programa funciona si lo trabajo.
  • No estaré sola, mi Poder Superior estará a mi lado.
  • Y tendré conmigo a la mejor de las compañías, ¡Mi misma!
Compartir