El altiplano occidental es la región del país con mayores niveles de pobreza e inseguridad alimentaria. Por tal razón, la Agencia de Cooperación Internacional de los Estados Unidos de América (Usaid) estableció el Programa del Altiplano Occidental (WHIP, por sus siglas en inglés), liderado por la Asociación de Exportadores de Guatemala (Agexport) y la Asociación Nacional del Café (Anacafé); a través del cual se han realizado diversos proyectos encaminados a reducir las condiciones de pobreza y desnutrición crónica en la población de esta región.
Para poder establecer si las intervenciones de este programa tuvieron impactos en las familias beneficiarias, en Iarna realizamos una investigación en 30 municipios del altiplano occidental de Guatemala que forman parte de los departamentos de Quiché, Totonicapán, Quetzaltenango, San Marcos y Huehuetenango. Se estima que en ellos habitan 1.5 millones de personas.
Para ello, realizamos encuestas en 4,052 hogares beneficiarios y 1,587 hogares no beneficiarios del programa WHIP; y luego comparamos los resultados a través de un análisis en el tiempo. En el caso del impacto sobre las condiciones de desnutrición crónica, llevamos a cabo dos mediciones: una en el 2013 (línea base) y otra en el periodo 2015-2016. En cuanto al análisis de la pobreza, desarrollamos tres mediciones: una en 2013, una intermedia en el 2016 y una final en el 2017.
Nuestros resultados muestran que el WHIP tuvo un impacto estadísticamente significativo en el aumento del ingreso diario per cápita, ya que las personas de los hogares beneficiados incrementaron este ingreso en Q10.58 (diez quetzales con cincuenta y ocho centavos), respecto a las personas de los hogares no beneficiarios. En el grupo beneficiario este incremento se tradujo en una disminución de la pobreza estimada en un 12.59% con respecto a los grupos no beneficiarios. Estos resultados se logran derivado de que el WHIP impulsó el programa de cadenas de valor rurales cuyo objetivo era incrementar la producción y luego las ventas en cultivos de café, hortalizas y elaboración de artesanías.
También encontramos que la desnutrición crónica tuvo una reducción del 4.1% en el grupo de hogares beneficiarios del WHIP, reducción que es estadísticamente mayor con respecto a la del grupo de hogares no beneficiaros.
Podemos concluir entonces, que los proyectos del Programa WHIP tuvieron impactos positivos que han contribuido a contrarrestar los niveles de pobreza e inseguridad alimentaria que predominan en el altiplano occidental guatemalteco. Por lo tanto, la continuidad de programas de este tipo se debe apoyar, coordinándolos siempre con las instituciones estatales para complementar las políticas públicas relacionas con pobreza y seguridad alimentaria.
Esta investigación fue ejecutada conjuntamente con investigadores de DevTech Systems, en el marco del Proyecto de Monitoreo y Evaluación (MEP, por sus siglas en inglés) promovido por USAID Guatemala.