Un catedrático hablando sobre economía decía:

“De amor no se vive, vea usted a una pareja de recién casados, pueden estar muy enamorados pero, si no tienen lo necesario para vivir no van a estar felices, es que de amor no se come…”

Todos en la clase se ríen al escuchar sus palabras y por el tono en que las dice, pareciera broma pero, en el fondo no deja de tener razón. “De amor no se vive” resaltó. Parece una frase en contra del romanticismo, pero bastante realista en realidad, porque, aunque el amor es una necesaria cualidad y algo esencial en la famosa pirámide de Maslow, pareciera que no es lo principal; para Abraham Maslow es más importante la satisfacción de las necesidades básicas como la alimentación. Entonces, ¿se puede vivir de amor? Parece una afirmación trillada pero bastante interesante para analizar y aprovechando que es febrero… ¿Por qué no hablar un poco sobre el amor, la vida y la economía?

El mercado es volátil igual que el amor, los sentimientos se sienten, pero no se pueden ver, al igual que es intangible el efecto de la mano invisible del mercado. El amor es un bien escaso y la economía se dedica a la asignación de los recursos escasos. Para mantener cualquier tipo de relación ya sea de amistad, familiar o afectiva, es necesaria la inversión de recursos (como el tiempo), similar a la necesaria inversión de capital para recibir dividendos o ganancias en un determinado plazo de tiempo; por solo mencionar algunas similitudes…

En resumen, se pueden destacar algunos principios clave:

  • Los recursos son escasos y las necesidades son ilimitadas.
  • Se deben establecer prioridades para optimizar el uso de los recursos.
  • La cooperación es necesaria para un beneficio colectivo.

La economía es la ciencia que estudia la relación entre los medios y los fines que los individuos eligen para la satisfacción de sus necesidades y como se relacionan entre sí.

Cada ser humano es un agente de la economía que necesita de la cooperación con otros para la satisfacción de sus necesidades.

Por tal razón, el aspecto económico está íntimamente ligado a todos los aspectos de la vida, de una familia, de una comunidad, de un país, de una región y del mundo entero.

El ser humano es egoísta por naturaleza (lo que no necesariamente es negativo), por lo que trabaja por fines individuales, pero se une colectivamente para alcanzar un fin más elevado. Lo mismo pasa en la comunidad internacional, los Estados se unen por objetivos en común siempre y cuando tengan un beneficio individual acorde a sus intereses.

Pensar en función económica no es materialista, es realista.

Detrás de lo político existen razones económicas. La lucha por el poder se traslada al ámbito económico, la razón de las guerras no son las diferencias ideológicas o culturales, es la lucha por el control de los recursos.

Como lo dice sabiamente Henry Hazlitt, filosofo y economista, “el arte de la Economía consiste en considerar los efectos más remotos de cualquier acto o política y no meramente sus consecuencias inmediatas; en calcular las repercusiones de tal política no sobre un grupo, sino sobre todos los sectores.”

Por ejemplo, el caso del Brexit, la salida del Reino Unido de la Unión Europea representa un gran impacto para el continente europeo; pero más allá de lo político que se pueda argumentar, responde a causas económicas; y ahora queda la tarea de examinar cuáles son las implicaciones para el comercio en la región luego del referéndum. También, con la reciente alerta mundial por el COVID-19, el analizar el impacto del coronavirus solo desde el punto de vista de salud es quedarse corto en el análisis, es necesario estudiar el impacto económico que está teniendo no solamente para China, también para el resto del mundo. En un mundo cada vez mas interconectado, donde el comercio internacional es de suma importancia, lo que pasa en una región repercute en otra, causando un efecto dominó para todos los involucrados.

En fin, la felicidad no se compra con dinero pero éste es necesario, entonces… ¿Qué es la felicidad? ¿Qué es el amor? ¿Qué nos da el dinero? La respuesta a cada pregunta es subjetiva, cada uno da la interpretación que mejor le parezca. Mientras tanto seguiremos viviendo en un mundo donde los recursos son limitados y la decisión de ser felices está en nuestras manos.

Si un intercambio entre dos partes es voluntario, no tendrá lugar a menos que ambas partes crean que se beneficiarán de él. La mayoría de las falacias económicas derivan del perder de vista esta simple reflexión.

Milton Friedman

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