Katherine Rivera / Instituto de Estudios Humanísticos 

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“Gracias pueblo de Guatemala por haber depositado su fe en mí, un ciudadano común”

-Jimmy Morales.

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Esa fue una de las muchas frases que el mandatario guatemalteco Jimmy Morales pronunció en la Gran Sala Efraín Recinos del Teatro Nacional durante el discurso de toma de posesión. Desde el momento de la campaña, hasta ahora, Morales ha querido transmitir una simpatía con el pueblo de Guatemala, agradarles, ser la esperanza, animarlos, motivarlos, darles unas palmaditas en la espalda, en fin, consolar a todos por los múltiples problemas sociales que vive el país. Pero más allá de un discurso, se necesitan acciones, un buen gabinete de gobierno, reformar leyes, hacer valer derechos, mejor dicho, hacer lo que un puesto político requiere, lo que un presidente debe hacer.

Sin duda, Morales es un muy buen orador, comediante, actor, comunicador, pero también queremos que sea un buen Presidente.

Desde que tomó posesión, ha sido protagonista de diversos escenarios en donde se presenta como un ciudadano más, humilde y que se identifica con el pueblo. Por ejemplo, el comer en Al Macarone, visitar a los vendedores del mercado central, decir que donará el 60% de sus sueldo, viajar en clase económica, entre otros. No es que sea malo, simplemente no hay que caer en un espectáculo de eventos de humildad y simpatía, desde que él asumió el cargo, ya no es un ciudadano más, es el Presidente de la nación.

No queremos que tenga lástima, ni que nos den un discurso motivacional, queremos que gobierne.

Por otro lado, si es tan importante para él la simpatía del pueblo, entonces que someta a todo su gabinete y miembros del Congreso a diversos cambios, como el bajar su sueldo, el ir a visitar de vez en cuando los hospitales, los departamentos como Quiché que tienen índices altos de pobreza y por qué no, de vez en cuando cambiar los almuerzos de langosta por una pizza en bolsita de Al Macarone. Porque el problema no es que Jimmy nos motive o trate de alegrarnos el día con discursos bonitos o con acciones de buen ciudadano, hay que recordar que el Congreso tiene más integrantes, que también debe cumplir con sus funciones.

Termino con esta frase del mandatario, “No tolerar la corrupción y el robo es algo que sí podemos cumplir y lo vamos a hacer desde el primer día”. Es tiempo de pasar del discurso a la acción.

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